El martes el ex candidato a intendente de Campo Ramón recibió siete disparos, pero sólo sufrió rasguños. Insistió en que los sicarios tiraron a matar y no descartó el móvil político
“Fue la primera noche más larga de mi vida, la primera vez que no pude dormir en los 38 años que tengo. En mi cabeza todavía resuenan las balas y no sé cómo seguir, la verdad. Pero soy una persona común y algún día quisiera retomar mi vida normal”, reflexionó Leonardo César Faviero (38), quien el martes fue atacado por sicarios que trataron de asesinarlo.
El empresario y referente político de Villa Bonita, municipio de Campo Ramón, fue abordado a media cuadra de su casa y su camioneta recibió siete disparos de arma de fuego, aunque milagrosamente sólo sufrió rasguños y no requirió hospitalización.
En consecuencia, las secuelas psicológicas para el damnificado y su familia resultaron ser mayores que el daño físico que ocasionó el ataque.
Por ello, en la víspera Faviero contó con asistencia psicológica, al tiempo que una junta médica evaluó su oído derecho, el cual resultó afectado por la balacera.
Todavía conmovido, el ex candidato a intendente de Campo Ramón relató la secuencia del ataque protagonizado por dos hombres que se movilizaban en una moto cross, insistió en que los sicarios tiraron a matar y no descartó el móvil político.
“En lo laboral y personal no tengo diferencias con nadie; los clientes me llaman y están sorprendidos. Tampoco tengo deudas. Somos una pyme más y veníamos golpeados por la pandemia, pero en los últimos meses estamos saliendo adelante y la venimos remando. Por ese lado estoy más que tranquilo”, subrayó.
Entre el martes y ayer la Policía analizó cámaras de seguridad de la zona donde surgieron pistas para la investigación en marcha, aunque aún no hubo detenciones.
“Tengo una idea”
Desde el mismo día del hecho Faviero dispone de custodia policial permanente en su casa del barrio 1 de Mayo. Por el momento la familia no decidió mudarse.
Consultado al respecto, avanzó en la hipótesis del móvil político y aseguró que el intendente José Márquez Da Silva ni siquiera le mandó un mensaje luego del hecho.
“La justicia no descarta ninguna hipótesis. Tampoco sé si se equivocaron. Lo que sé es que en las últimas elecciones a intendente salí segundo, qué sé yo. Tengo una idea de dónde vino esto, pero tengo que guardar mi opinión por ahora. Sí digo que me encanta la política, pero una política sana”, remarcó.
En tanto, reconoció que “desde la intendencia no tuve ningún llamado, esa es la realidad. Ni yo ni mi familia recibimos ninguna contención del intendente. Estoy cansado de desviar la palabra y le dije a la justicia que quiero la verdad porque no tengo nada que esconder. Tengo una opinión muy diferente a la actual gestión y quiero que se investigue a fondo”.
“Tampoco necesito que el intendente me llame porque mucha gente me está brindando su contención. Pero me duele como ciudadano y espero que esto no haya sido por política, porque me dolería mucho. Misiones necesita una política sana y todos tenemos derecho a opinar y pensar diferente”, agregó.
Con relación al ataque, remarcó que luego de escuchar los primeros disparó atinó a agacharse, lo que habría salvado su vida, sobre todo por la bala que ingresó por su ventanilla.
“Según los peritos fueron profesionales que vieron a matarme. Dicen que en una moto en movimiento esos tiros no los hace cualquiera”, indicó.
Cerca de la frontera
El hecho, inédito en el ámbito de la zona Centro, se produjo alrededor de las 8.20 y a media cuadra del domicilio de Faviero, quien se dirigía a su chacra.
Fueron siete los impactos de bala en su camioneta. En el lugar la Policía halló dos casquillos de munición 9 milímetros.
Desde el lugar donde se registró el ataque hasta la costa del río Uruguay son escasos 20 kilómetros, por lo que no se descarta que los sicarios hayan cruzado al Brasil, hipótesis que maneja la Policía.
“Lo único que puedo decir es que estoy vivo gracias a Dios, y a los vecinos que salieron a ver y ahí los tipos se fueron. No tengo problemas con nadie, salvo una opinión diferente a la actual gestión municipal y esperemos que la justicia avance, porque no quiero dar datos que no me corresponden. Que la justicia investigue y se llegue a fondo porque lo que me pasó a mí no le debe suceder a nadie, ya sea en el ámbito privado, lo laboral o político”, remarcó.
Faviero sólo padeció rasguños por una bala que le rozó una oreja, parte de la cara y la nariz, pero ni siquiera tuvo que ser hospitalizado.
Sobre el ataque, precisó que conducía su camioneta Ford F 100 cuando escuchó los estruendos que impactaron de lleno en su vehículo.
“Llegaron de atrás en una moto disparando y en eso sentí como un viento en el oído, y era un balazo que me raspó la oreja”, contó.
El ataque
Precisó que el martes, alrededor de las 7.30, como hace a diario se dirigió hacia el depósito de su comercio, situado cerca de su casa.
“Después, a eso de las 8.20, preparé un mate y me iba a la chacra porque estamos cosechando la yerba. Pasé por mi casa y a unos 50 metros empecé a sentir unos estruendos, que resultaron ser tiros que venían de atrás. No pude hacer mucho porque venían en moto a fondo”, explicó.
Los primeros dos impactos dieron en la luneta trasera de su Ford F 100. Luego la moto se puso a la par y el acompañante disparó justo a la mitad de la ventanilla del conductor.
En tal sentido, Faviero fue contundente y opinó que “el polarizado me salvó la vida, porque si era un vidrio común capaz que no contaba”.
El tirador siguió disparando y dos tiros impactaron en el capó. Fue entonces que el empresario frenó la camioneta, lo mismo que hizo el conductor de la moto, varios metros adelante. Es segundos varios vecinos salieron de sus casa para ver qué sucedía.
“El de la moto frenó en la esquina y me quedaron mirando. Pensé que por ahí iban a venir a terminar el trabajo, pero se fueron en sentido hacia Paraje Arroyo Tigre. Capaz se fueron por los vecinos salieron a la calle”, mencionó.
La causa por intento de homicidio se tramita ante el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.