Una hijastra y una hija lo acusaron de violación, juró venganza y su ex planificó su asesinato

Raquel Ramírez y Ernesto Frank son juzgados por el homicidio de Hugo Nacimento, cuyo cadáver fue hallado el 17 de septiembre de 2019 en el arroyo Yabebiry. Una hija de la mujer contó que su madre le confesó el homicidio en complicidad con su pareja

“Mi mamá me confesó: nosotros con Nene le matamos a Hugo.Me dijo que entre los dos planificaron y organizaron. En el mate pusieron la sustancia, le dieron tres mates y con eso se sintió mal. Después lo cargaron en el auto y lo tiraron en el arroyo”, declaró S. M. (31), hija de una mujer acusada de asesinar a su ex concubino en complicidad con quien al momento del hecho era su pareja.

El testimonio significó un mazazo para Raquel Aurora Ramírez (46) y Ernesto Roberto Frank (70), alías “Nene”, imputados por el homicidio de Hugo Do Nacimento (43), cuyo cadáver fue hallado bajo un puente del arroyo Yabebiry, en General Alvear, el 17 de septiembre de 2019.

Ayer, los implicados comenzaron a ser juzgados por homicidio agravado por haber sido cometido contra una persona con la que mantenía una relación de pareja y agravado por alevosía. El debate continuará el próximo jueves con alegatos y sentencia.

En la víspera declararon ocho testigos, entre ellos dos hijas de la acusada, las cuales dieron cuenta de una vida familiar marcada por la violencia.

Ramírez es madre de seis hijos, de los cuales cinco fueron fruto de su relación con la víctima; mientras que la mayor -S. M.- es hija de otro padre.

Ante el Tribunal, ésta última hizo un pormenorizado detalle de la confesión de su madre, al tiempo que aseguró haber sido víctima de abuso sexual por parte de su padrastro.

En tanto, si bien S. M. nunca lo acusó formalmente, sí acompañó a una de sus hermanas que denunció por abuso a Do Nacimento, quien cinco meses antes de ser asesinado fue sobreseído en dicha causa.

Murió ahogado

Según se probó en la instrucción del caso, el lunes 16 de septiembre de 2019, Hugo Do Nacimento se dirigió desde su casa en San Javier a Panambí para trabajar en un aserradero donde hacía changas.

En horas de la noche Ernesto Frank lo buscó con su coche -como fue corroborado por un testigo- y lo trasladó hasta su domicilio en Los Helechos, sobre ruta Provincial 5.

En ese lugar, en complicidad con Raquel Ramírez, le pusieron alguna sustancia en el mate que le hizo perder la conciencia. Sin posibilidad de defenderse, lo subieron al coche y lo trasladaron hasta un sector del arroyo Yabebiry, donde lo arrojaron.

La autopsia determinó que la víctima falleció por asfixia por inmersión, es decir que aún estaba vivo cuando lo tiraron al cauce del arroyo.

Luego, desde el teléfono de Do Nacimento, Ramírez envió mensajes a quien era su pareja y al dueño del aserradero en Panambí.

El martes 17, alrededor de las cinco de la tarde, un joven que se estaba pescando halló el cadáver bajo un puente, en jurisdicción de  General Alvear. Para la Policía la identificación del cadáver fue inmediata ya que encontraron la billetera con el DNI.

El cuerpo sin vida no presentaba lesiones visibles. El examen forense no halló restos de ningún veneno, por lo que en un primer momento no había sospechas de la pareja, hasta que la propia hija de Ramírez contó lo que su madre le había confesado.

Con el avance de la pesquisa también surgieron otros indicios, como mensajes desde el celular de Do Nacimento a su pareja con términos que no eran propios de él. También algunos presos que compartieron celda en comisaría con Frank declararon que les confesó el hecho.

En tal sentido, ante una serie de contradicciones, ayer uno de esos testigos reconoció que “el jefe me obligó”, en referencia a presuntas presiones que habría recibido.

Ramírez cuenta con el apoyo de familiares

Preparación del crimen

El relato más contundente y emotivo de la primera jornada del debate correspondió a S. M. La mujer se mostró muy angustiada y lloró durante gran parte de su declaración.

Contó que el lunes 16 de septiembre de 2019 salió de su trabajo y recibió un llamado del celular de Frank. Mencionó que en ese momento no estaba en buenas relaciones con su mamá, por lo que primero no atendió.

Recién respondió en la segunda llamada, cuando Ramírez le habría confesado el homicidio.

“Nosotros con Nene le matamos a Hugo”, escuchó del otro lado de la línea y reconoció que primero pensó que se trataba de una broma. Pero no.

“Entré en pánico y corté. Llamé a mis hermanas y en el momento no me creyeron. Tampoco me creyó la Policía, por lo que busqué ayuda con un conocido que trabajaba en Investigaciones”, precisó. 

El miércoles 18, el día siguiente al hallazgo del cadáver, S. M. se dirigió a Los Helechos para hablar con su mamá y la pareja.

“Me dijo que no tenía opción, y que sí lo había hecho. Que ellos lo organizaron. Frank no negó nada”, aseguró.

Mencionó que su mamá no quería que la víctima sufriera, en alusión a evitar una muerte violenta, mientras que Frank se encargó de conseguir el veneno.

“Entre los dos organizaron y planificaron. Nene se encargó de conseguir una sustancia y le buscó a Do Nacimento de Panambí con la excusa de que le iba a vender una moto. El día del hecho mi mamá se tomó cinco calmantes, dos latas de cerveza y fernet. En el mate pusieron la sustancia, le dieron tres mates y con eso se sintió mal”, detalló.

Presunto móvil

El relato de la testigo fue seguido con suma atención en el Tribunal. Su angustia se percibía en el ambiente.

Indicó que al ver al padre de sus hijos desmayado, su mamá se descompuso y “se arrepintió de lo que hizo y le quería llevar al médico. Tenían una manta preparada y se iban al Hospital; pero por el camino Do Nacimento dejó de respirar y dijo que no adelanta llevarle al Hospital y de ahí fueron para el Yabebiry”.

Más allá de contar su verdad, prueba clave contra su progenitora, aseguró que siempre fue muy allegada a ella. “Fue mi mamá y mi papá, ciertamente”, graficó.

Sobre el móvil del homicidio, señaló que la víctima la odiaba a ella y a su hermana C. por la denuncia que hizo ésta a los 15 años contra su progenitor por abuso sexual.

S. M. fue quien acompañó a su hermana a radicar la denuncia en la Comisaría de la Mujer.

“Las dos fuimos abusadas por él. Yo sufrí abusos desde chiquita. Ya de grande quise denunciar y me dijeron que ya había prescripto. Antes no había querido denunciar porque no quería que mis hermanos crezcan sin papá, como me pasó a mí”, explicó.

Aseguró que su madre le dijo que Do Nacimento “quería matarme a mí y a toda mi familia. También a Frank, porque se quería quedar con las dos mujeres. Que tenía que buscar la manera de zafar de esa persona”.

Consultada al respecto, mencionó que su mamá sabía de los abusos: “Le conté a mi mamá y ella le hizo arrodillarse y pedirme perdón. Pero el daño era irreparable. Le reprochaba por qué siguió viviendo con un monstruo que cuando yo dormía me metía mano por donde podía”.

Lamentó que creció viendo mucha violencia y por eso se fue joven de su casa. Si bien hubo denuncias por violencia, botón antipánico y restricciones, lo cierto es que durante muchos años Ramírez y Do Nacimento persistieron en una relación tóxica.

El jueves los acusados escucharán el veredicto

“Se hacían daño”

Al momento de ser asesinado, Hugo Do Nacimento estaba en pareja con Lucía Fernández De Olivera (45), con quien convivió nueve meses en San Javier.

“El lunes 16 fue a trabajar y al mediodía me comentó que se iba a la casa de la hija por un presupuesto para hacerle un baño. A las 21.45 recibí un mensaje que decía: no me molestes más porque estoy con mi mujer y mis hijos, pero por la manera de escribir sabía que no era él”, contó la mujer.

Afirmó que al menos con ella el hombre nunca fue violento, al punto que lo definió como “una excelente persona”.

En cambio, indicó que “la ex le molestaba y le pedía plata. Él la bloqueó, pero ella usaba el celular de su pareja”.

Por su parte, Rocío Do Nacimento (23), hija de la acusada y de la víctima, subrayó que sus padres “tenían una relación tóxica, se separaron muy tarde. Se hacían daño a ellos y a nosotros. Por eso me alejé totalmente. No era nada lindo compartir el hogar con ellos”.

Contó que su mamá los golpeaba y que siempre estaba mal, mientras que su padre siempre trabajaba.

También desestimó la acusación de su hermana S. M. sobre los supuestos abusos. Incluso, mencionó que “ella me decía que yo diga que me violaba, pero a mí nunca me tocó”.

“No voy a sentarme en el banco de una iglesia y venir a mentir acá. Amé a mi papá y amo a mi mamá, pero no voy a venir a mentir acá”, subrayó. En tanto, por el momento los acusados se abstuvieron de declarar. Ramírez es asistida por el defensor oficial Matías Olivera y Frank cuenta con los servicios del defensor particular Miguel Cabral.

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