José Alejandro Vallejos y su concubina padecieron fracturas. Aseguraron que hasta el momento ni siquiera saben el nombre el conductor de la moto que los chocó. Tienen cuatro hijos y residen en el barrio Molina de Oberá
Las carencias saltan a la vista en la humilde vivienda José Alejandro Vallejos (41) y su concubina Norma Graciela Sosa (34), padres de cuatro hijos, quienes el último sábado fueron víctimas de un siniestro vial que les ocasionó graves lesiones.
El hecho se registró alrededor de las 23 sobre calle Mar del Plata, en barrio Norte de Oberá, cuando la pareja regresaba a pie a su casa en el barrio Molina.
Según consta en la denuncia radicada el domingo ante la Seccional Cuarta, las víctimas fueron impactadas por un motomandado, aunque al menos hasta hoy ni siquiera sabían en nombre del conductor del rodado.
Vallejos se mostró amargado por la situación que debe afrontar con su concubina, ya que ambos padecieron fracturas y excoriaciones y no podrán trabajar por varios meses.
“Estamos muy angustiados por la situación que nos toca. Yo soy tarefero y hago changas, pero tuve fractura de tibia y peroné; mi señora lo mismo, pero también se lesionó la rodilla y le tienen que colocar una prótesis. Ninguno va poder trabajar por varios meses, lo que nos complica mucho porque changueamos y ganamos para comer el día”, lamentó.
Sobre el choque que padecieron, contó que caminaban con su mujer sobre el cordón de calle Mar del Plata, un sector que carece de veredas, cuando fueron impactados por la moto. “Sentimos que venía a fondo, pero ni llegamos a mirar que ya nos chocó. El que manejaba dijo que no vio nada, que se topó con un bulto, pero eso quiere decir que venía sin luces. Por lo que nos dijeron es un motomandado”, señaló Vallejos.
Enorme perjuicio
Tras el violento impacto, vecinos de la zona dieron aviso a la Policía y en minutos arribó una ambulancia de Salud Pública que los trasladó hasta el Hospital Samic de Oberá.
Al respecto, el damnificado comentó que “nos atendieron, nos enyesaron y pasamos la noche en la guardia, pero al otro día nos mandaron a nuestra casa. Menos mal que tenía mil pesos, porque el remís me cobró 900, pero nos dejó a dos cuadras de casa porque el camino es muy feo. No teníamos muletas, así que llegamos saltando en una pierna”.
La pareja tiene cuatro varones de 17, 15, 13 y 12 años, y comparten una casilla de madera de cinco por cuatro metros donde apenas cuentan con espacio para tres camas, una mesa y un par de sillas.
Ante tales limitaciones disponen de un fogón en el exterior para cocinar, situación en la que se encuentra la mayoría de los habitantes del barrio Molina, uno de los asentamientos más carenciados de la ciudad.
Incluso la accesibilidad es limitada, por lo que hoy la pareja tuvo que ser asistida por personal policial y de Salud Pública para el traslado al Hospital por el control de rutina.
“Por suerte también nos ayudaron con algo de mercadería para ir pasando esta situación. Pero lo que más necesitamos es que el responsable de la cara y se haga cargo. El domingo a la tarde fui a hacer la denuncia y apareció en la Seccional Cuarta queriendo recuperar su moto, y no sé si le devolvieron. Ni siquiera me informaron cómo se llama. Somos pobres pero tenemos derechos, esto no puede quedar así nomás”, subrayó.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.