Pastor condenado a 18 años de cárcel por violar a nenas que estaban bajo su cuidado

Baldomiro Runge fue sentenciado por el Tribunal Penal Uno de Oberá. Los abusos se registraron cuando estaba al frente de un hogar de niños en la ciudad de San Vicente

“Nos obligaba a cerrar los ojos para rezar y ahí nos manoseaba”, relató una de las víctimas del pastor evangélico Baldomiro Runge (56), quien este mediodía fue condenado a 18 años de cárcel por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual simple reiterado, agravado por haber sido cometido por un ministro de un culto y encargado de la guarda, y amenazas.

La primera denuncia contra el religioso fue radicada en 2004 por una menor que entonces tenía 16 años, aunque los abusos se produjeron cuando tenía 13.

En la instrucción, la víctima -identificada como M. C.- relató que Runge la llevó y sometió en su propia casa, aprovechando que su esposa se hallaba internada.  

Los hechos se registraron cuando el pastor estaba al frente de un hogar para niños y adolescentes de la ciudad de San Vicente, adonde M. C. ingresó con apenas dos años. Tras la denuncia original, otras dos jovencitas denunciaron a Runge.

En tanto, en el juicio oral que se realizó hoy en el Tribunal Penal Uno de Oberá declaró una mujer que llegó como testigo y en su relato quedó plasmado que también fue víctima del mismo degenerado.

Calificó su paso por el hogar como “un infierno” que “nunca me permitió vivir tranquila” y admitió que “siento como si fuera hoy el dolor durante el ultraje”.

Declaró que los ataques comenzaron cuando tenía 9 años y continuaron con el paso del tiempo, por lo que ni bien apenas pudo buscó una pareja y se alejó del hogar, pero Runge la seguía amenazando.

Pidió que se haga justicia y se retiró de la sala inmersa en una crisis de nervios y llanto que apenas le permitió llegar al vehículo con el cual se retiró.

La fiscal Estela Salguero solicitó la pena de 18 años, lo que luego fue ratificado por el Tribunal integrado por Francisco Aguirre, Miguel Orlando Moreira y Jorge Villalba.

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