Karina Beatriz Dos Santos, alías “Micaela”, registró el nacimiento de tres hijos. En los últimos años dio varias versiones sobre qué pasó con los primeros dos, lo que siembra las peores suspicacias. El último jueves se hizo cargo del homicidio del tercero, un bebé de apenas cuatro meses
La historia de Karina Beatriz Dos Santos (24), alías “Micaela”, corrobora eso que la realidad siempre supera la ficción. A los 15 años quedó embarazada de su primer hijo, al cual habría intentado ahogar, según denunció entonces el padre de la criatura.
Por ello la justicia le sacó por un tiempo la custodia del chico, pero luego se lo restituyeron y el papá nunca más supo nada del chiquito. Tampoco hay certezas de que pasó con su segundo hijo.
En tanto, el 8 de enero del año pasado fue detenida en averiguación de una serie de hurtos en General Alvear. Enseguida sus hermanas se acercaron a la Seccional Segunda de Oberá preocupadas por el estado de Oscarcito (el tercer hijo de Micaela), apenas cuatro meses de vida.
En primera instancia dijo que había dado en adopción a la criatura, pero el 12 de enero confesó que el pequeño estaba muerto y había sido sepultado a orillas del arroyo Barrero, jurisdicción de San Martín, límite con Oberá.
Entonces acusó a Héctor Oscar Dos Santos (37), alías “Correntino”, quien era su concubino y padre del bebé. Dijo que el hombre golpeó y asesinó al pequeño Oscarcito porque lloraba mucho.
El último jueves, Micaela y el Correntino fueron juzgados por el Tribunal Penal Uno de Oberá y Micaela volvió a cambiar su versión, ya que manifestó que fue un “accidente” y deslindó de culpas al padre. “Enganché un pie en una raíz y caí arriba del bebé”, argumentó.
Contrario a ello, su ex la acusó: “El bebé lloraba y ella le apretaba contra la teta y decía ‘callate gurí de mierda’. Dios sabe que no miento”.
Tras escuchar a los testigos y los alegatos de las partes, el Tribunal condenó los Dos Santos a la pena de prisión perpetua.
Pero más allá de las terribles circunstancias del deceso de Oscarcito, el juicio también hecho luz sobre el pasado de Micaela y las serias suspicacias en torno a qué les sucedió a otros dos hijos que tuvo. Y así como a lo largo del proceso la mujer dio varias versiones sobre qué pasó con el bebé, tampoco nunca fue clara sobre el paradero de sus otros hijos.
Quiso ahogar al primer hijo
Apenas se confirmó que los padres del pequeño Oscar Dos Santos eran sospechosos de haberlo asesinado y sepultado a orillas del Barrero, desde el mismo entorno de Micaela reconocieron las dudas que tenían sobre el destino de sus primeros hijos, sobre todo por las contradicciones en que había incurrido la propia madre.
Incluso, en enero del año pasado la mujer acusó al Correntino de haber matado a su primer hijo, fruto de una relación con otro hombre.
Pero no sólo eso, ya que afirmó que estando embarazada de su segundo hijo, el mismo hombre le propinó una paliza que le hizo perder la criatura. En ninguno de los casos lo denunció porque estaba amenazada, argumentó entonces.
Asimismo, incurrió en contradicciones sobre los lugares donde habrían ocurrido los hechos.
Su hermana María mencionó que “del primer hijo que tuvo, contó que el Correntino lo mató; pero él, en cambio, dijo que vendieron esa criatura. En esa época vivían por Corrientes. Después de eso ella se fue a Buenos Aires. Al tiempo que volvió quedó embarazada, ya estaba por tener y un día apareció sin panza. Le preguntamos y dijo que había perdido la criatura porque él le dio una paliza”.
En tanto, si bien nunca ningún familiar denunció los supuestos hechos, en el juicio se citó el testimonio del padre del primero bebé que tuvo Micaela, quien hoy tendría 8 años.
Al respecto, en su alegato la fiscal Estela Salguero indicó que el hombre contó que “tuvieron un hijo, pero ella era muy violenta, muy mala. Le maltrataba mucho a nuestro hijo y una vez le quiso ahogar”.
En ese punto el relato se asocia a lo que el jueves declaró el Correntino sobre el homicidio de Oscarcito: “El bebé lloraba y ella le apretaba contra la teta y decía ‘callate gurí de mierda’. Dios sabe que no miento”, tras lo cual precisó que el homicidio se registró el 7 de enero.
“Prendió fuego nuestra casa”
Los dichos del papá del primer hijo de Micaela hicieron estremecer a la audiencia de la sala de debates, todavía sensibilizada con los detalles del homicidio de Oscarcito y la referencia al agua, otra vez.
Pero a diferencia de los familiares de la mujer, el padre de su primer hijo sí radicó una denuncia por maltrato al pequeño y el Juzgado de Familia le quitó la custodia de su hijo a Micaela.
De todas formas, tal como recordó la fiscal Salguero citando el testimonio del hombre, después ella lo denunció “porque supuestamente quemé nuestra casa y por eso estuve detenido un mes. Pero los vecinos declararon que la vieron sacando y llevando las cosas a la casa del hermano, y que después prendió fuego nuestra casa”.
Si bien recuperó la libertad porque se probó que no provocó el incendio, el progenitor lamentó que nunca más vio ni supo nada de su hijo. Tampoco la familia de Micaela nunca tuvo certezas del paradero de la criatura, más allá de la supuesta adopción que mencionó sin exhibir ningún documento.
“Ojalá que haya dado en adopción a la criatura, pero no sabemos si fue así ni consta en ningún lado, por eso nos queda la duda. Son dos hijos desaparecidos y al tercero lo hallaron muerto. No sé qué creer”, reflexionó la fiscal graficando las dudas de muchos.
Lo cierto es que Micaela dio varias versiones sobre qué pasó con sus hijos. Del primero dijo que lo dio a una familia de Brasil, con el único detalle que la entrega se hizo a orillas del río. Pero antes había dicho que el Correntino lo mató.
Del segundo manifestó que tuvo un aborto espontáneo en un comercio; pero después cambió el relato y dijo que se cayó de un caballo.
Ya en el juicio, sobre el segundo hijo el propio Correntino dijo que “ella lo soltó en el agua”, una descripción siniestra que sembró más dudas sobre qué pasó con los hijos de Micaela.
Últimas horas de Oscarcito
El cuerpo sin vida del bebé fue hallado el 12 de enero del año pasado en una pequeña fosa a orillas del arroyo Barrero, en una chacra de Picada la Madrid, en San Martín.
Precisamente, fue su madre quien ese día se quebró ante su hermana María y el oficial de Policía Lucas Medina y confesó que su hijo estaba muerto y sepultado, tras lo cual ella misma acompañó a las autoridades hasta el punto exacto donde hallaron los restos.
Carlos Rojas (39), agricultor de Picada Vasca, habría sido la última persona (además de los padres) que vio con vida a la criatura.
Contó que el miércoles 6 de enero encontró a la pareja robando sandías en su chacra. Al acercarse, la mujer se levantó y justificó su accionar diciendo que estaban con hambre.
“Yo agarré un palo, pero me frené porque vi al bebé. Estaba en el pasto, en estado deplorable. Estaba sucio, todo picado por mosquitos”, comentó.
“De ahí les acompañé hasta que salieron de la chacra y el bebé me miraba, y se sonrió todo el camino”, agregó sin ocultar su angustia.
Siguiendo la línea de tiempo, la testigo Beatriz Netzel (27) contó que el viernes 8 de enero se hallaba en su chacra de Alvear cuando la pareja llegó hasta el lugar, ya sin el bebé.
“Dijeron que estaban perdidos y querían llegar a San Martín, y me ofrecieron una radio por 1500 pesos. La mujer me dijo que estaban perdidos, me pidió que llame a la Policía y se puso detrás de mí. Ahí el hombre dijo ‘si vas a llamar a la Policía, yo me voy’. Cuando él se retiró ella empezó a llorar y me contó que él la maltrataba y la obligaba a estar en el monte”, declaró.
Además, indicó que en un momento Micaela le manifestó que estaba con los pechos cargados de leche porque tenía un bebé.
“Le pregunté dónde estaba el bebé y me dijo que le dio a una vecina. Le dije para ir a buscarlo, pero me respondió que en realidad le había dado en adopción a una chica”, agregó.
«La autopsia habla por sí sola»
Tras la intervención de Netzel, Micaela fue demorada en averiguación de algunos ilícitos.
En esas circunstancias, en los días posteriores su familia se acercó a la Seccional Segunda para interiorizarse de su situación y saber del bebé. Fue entonces que surgió el alerta.
El oficial Lucas Medina, quien al momento del hecho prestaba servicio en la Segunda, contó que la Dos Santos ya estaba por ser liberada en la causa que la llevó tras las rejas, cuando de manera espontánea confesó el hecho.
“Estábamos con la hermana y en un momento se arrodilló y contó lo que había pasado. Dijo que estaban en una chacra privada y el bebé lloraba, entonces el padre lo alzó de los brazos, lo tiró al arroyo y se golpeó la cabeza contra una piedra. Ella lloraba y pedía perdón”, recordó el oficial.
En tanto, mencionó que no ser por el aporte de la progenitora hubiera sido imposible hallar el cadáver.
“Estaba en un lugar inhóspito, por lo que sin ayuda de ella no hubiéramos encontrado el lugar. Ni olor emanaba”, precisó.
En su alegato, la fiscal Estela Salguero detalló las gravísimas lesiones que padeció la víctima: “Traumatismo de cráneo gravísimo con estallido de la calota craneal, acompañado de lesiones post mortem por aplastamiento torácico y craneal”.
“La autopsia habla por sí sola”, graficó en alusión a las fracturas de cráneo.
Indicó que los acusados eran ladrones y muy violentos. “Una hermana dijo que eran tal para cual”, subrayó.
En ese contexto, para la fiscal no hubo dudas sobre la autoría material del hecho y solicitó la máxima pena para los imputados.
“Ambos mataron y sepultaron al bebé, sino por qué iban a esconder el cadáver”, subrayó antes de pedir la prisión perpetua, es decir 35 años de cumplimiento efectivo.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.