El pasado 16 de agosto padeció un siniestro vial en Villa Vick de Oberá. Tuvieron que extraerle parte del cráneo y no se descartan secuelas de por vida. Tres policías permanecen detenidos luego de probarse que persiguieron y abandonaron a la víctima
Imposible no conmoverse por el actual estado de Rodolfo Agustín Ramírez (24), quien hasta dos meses tenía una vida plena y proyectos. Hoy arrastra graves secuelas físicas y neurológicas que podrían condicionarlo de por vida. El dolor y la angustia de su familia, la tristeza que se refleja en las miradas.
El 16 de agosto, a las 21, Rodolfo le envió un WhastApp a su señora avisando que ya salía de la verdulería donde trabajaba y que iba derecho a la casa.
Pero los minutos pasaron y no llegó. Alrededor de las 21.30 un vecino de la zona publicó en su Facebook que un motociclista tuvo un accidente. Luego la confirmación de la identidad, la desesperación, el llanto.
Producto de una persecución policial -tampoco se descarta que haya sido embestido por la patrulla- el joven perdió el control de su moto e impactó sobre el empedrado.
A consecuencia del siniestro vial padeció fractura de cráneo, trauma de tórax y fractura de clavícula izquierda, además de múltiples golpes y excoriaciones en diferentes partes del cuerpo.
Al arribar al Hospital Samic de Oberá los profesionales fueron sinceros con la familia y expresaron que la vida de Rodolfo pendía de un hilo, ya que padeció un traumatismo craneoencefálico gravísimo.
El 17 de agosto fue intervenido quirúrgicamente con el objetivo de descomprimir el hematoma craneal, para lo que tuvieron que extraer el hueso parietal izquierdo.
Luego permaneció internado 16 días en la Unidad Terapia Intensiva (UTI) y su evolución clínica fue favorable, aunque persisten secuelas neurológicas.
Tras recibir el alta ambulatoria, el joven regresó a su domicilio para iniciar una larga recuperación. Perdió mucho peso por los días internado y la lesión en el cráneo afectó su memoria, por lo que no recuerda nada del hecho que se investiga.
En ese contexto, la semana pasada fue citado a declarar ante el Juzgado de Instrucción Dos, medida cuestionada por su familia.
“Está muy sensible”
El pasado jueves una psicóloga evaluó a Rodolfo en su domicilio y dejó asentado “la imposibilidad momentánea del paciente para concurrir a espacios ajenos a su vivienda, evidenciándose en las entrevistas que éstos representan un considerable nivel de ansiedad para el paciente”.
En tal sentido, su padre Juan Ramírez comentó que “la citación al juzgado se dio porque días antes vinieron dos médicos del cuerpo médico forense que le hicieron cuatro o cinco preguntas y opinaron que está apto para declarar, pero no es así y de eso se da cuenta cualquiera que lo vea. No sé qué pretenden forzándolo a declarar cuando no está en condiciones. No entiendo por qué tanto apuro”.
A simple vista, Rodolfo evidencia graves secuelas físicas. Lo que más sobresale es el hundimiento de cráneo, producto de la extracción del hueso parietal izquierdo.
En tal sentido, el progenitor contó que “el médico que le operó nos dijo que el hueso estaba hecho trizas, por eso requiere una prótesis que le van a colocar más adelante, dependiendo de su evolución”.
Lo cierto es que el joven, padre de una pequeña de dos años, requiere extremos cuidados por su delicado cuadro. Por momentos está lúcido y en otros pierde conexión con la realidad, lo que según los médicos sería propio del trauma sufrido, pero tampoco descartan secuelas de por vida.
“Como que tiene que volver a aprender las cosas. Por ahí escribe bien en el celular, pero después no se entiende. Lo que sí, está muy sensible porque se da cuenta que le pasa algo. Sabemos que la recuperación será larga”, comentó Carla, su hermana mayor.
Por su parte, Rodolfo mencionó que no recuerda nada del hecho; al tiempo que comentó que quiere recuperarse para volver a trabajar, jugar al fútbol con amigos y disfrutar de su familia.
Golpe en la moto
El siniestro vial donde Rodolfo Agustín Ramírez resultó gravemente herido se registró el pasado 16 de agosto, alrededor de las 21.20, sobre calle Catamarca entre Urquiza y Quintana, en Villa Vick de Oberá.
Desde un primer momento fue clave el aporte de un testigo que declaró que un móvil policial perseguía a una moto cuyo conductor perdió el control y despistó, tras lo cual el vehículo oficial abandonó la escena y no prestó asistencia a la víctima.
Dicha versión fue confirmada con el registro fílmico de las cámaras de seguridad de dos viviendas de calle Catamarca que dan cuenta de la persecución de la patrulla.
Luego la agente que integraba la patrulla se quebró y confesó que persiguieron y después abandonaron al motociclista, aunque negó la colisión.
En consecuencia, los policías fueron imputados por “abandono de persona, incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos y lesiones graves culposas”.
Se trata del oficial subayudante Nicolás Skripchuk, del sargento primero y chofer Ariel Canteros y de la agente Camila Canteros, quienes permanecen detenidos desde pasado 2 de septiembre por orden del juez de Instrucción Dos de Oberá, Horacio Alarcón.
Al prestar declaración indagatoria los tres imputados reconocieron que persiguieron y luego abandonaron a Ramírez, aunque negaron que el móvil en el cual se movilizaban haya impactado la moto que conducía.
En tal sentido, este medio accedió a una serie de fotografías de la moto de Ramírez tomadas luego del siniestro vial, donde se observa la deformación de la llanta trasera, lo que podría ser indició de un impacto previo al despiste. Dicho documento fue incorporado al expediente.
En tanto, el delito que se imputa hasta el momento conlleva una pena de hasta diez años de prisión, por lo que no es excarcelable.
Persecución probada
Con relación a la causa judicial, si bien por el momento no se probó fehacientemente que el móvil policial haya impactado a la moto, tal como surge del relato de un testigo presencial, la detención de los tres efectivos pretende “evitar el riesgo de entorpecimiento en la investigación”.
Además, se consideró “la gravedad del delito en sí mismo por parte de funcionarios públicos que abandonaron a una persona en grave estado”, detalló.
Al haber policías implicados, el juez Alarcón solicitó la intervención de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic), dependencia que tiene a su cargo el peritaje de los celulares y otras medidas de prueba.
Una fuente precisó que “hay videos donde se corrobora que el móvil está en persecución de Ramírez. En una cámara se ve que el móvil está a diez metros y en otra más encima”.
Si bien los registros no lograron grabar el presunto choque, sí muestran las luces de la sirena de la Policía en el horario en que ocurrió el accidente, entre 21.10 y 21.20.
“Por el minuto 21.14 se logra ver el reflejo de las luces azules, por eso se sabe que no fue la ambulancia, que llegó más tarde”, explicó el vocero.
Testigo presencial
Si bien hasta el momento los policías imputados negaron haber impactado a la moto de Ramírez, dicha versión contradice a la del testigo presencial, como también las de otros vecinos que escucharon un fuerte impacto previo al despiste.
“Vivo a una cuadra y media del hecho, justo llegaba a mi casa en mi moto y escuche un estruendo terrible, a eso de las nueve y diez de la noche. Fui a un negocio y en eso apareció un chico que vive casi en frente a donde ocurrió el hecho y vio todo. Apenas nos contó que hubo un accidente fuimos para ayudar al muchacho, el cual estaba muy mal”, precisó un vecino.
En tanto, comentó que “el chico que vio todo nos contó que un patrullero estaba persiguiendo a la moto y la chocó, el conductor perdió el control y cayó”.
Precisó que la ambulancia demoró alrededor de 20 minutos, mientras que la Policía tardó más de media hora.
“Hasta que por fin llegó un móvil con tres uniformados, dos hombres y una chica en un Chevrolet Cruze. Apenas llegaron, el chico que vio el choque les comentó lo que pasó y les dijo que el móvil que chocó al muchacho era igual al de ellos”, indicó.
Minutos más tarde los vecinos volvieron a sus respectivos domicilios, circunstancia en que habrían notado que “los uniformados comenzaron a alumbrar con sus celulares al paragolpes del móvil, como buscando marcas o demás”, opinó el testigo, dando a entender que se trataría de la misma patrulla que propició el siniestro vial.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.