El fisicoculturista obereño fue sentenciado a nueve años de cárcel, pero sólo estuvo preso un año y siete meses, ya que el Tribunal Penal Uno de Oberá concedió la excarcelación extraordinaria. La víctima lamentó la decisión judicial y reclamó seguridad
Ni siquiera un cuarto de la pena cumplió el fisicoculturista Javier Orlando Batista (43), quien el 20 de mayo del año pasado fue sentenciado a nueve años de cárcel por agredir y dejar cuadripléjica a su ex concubina Yenifer Guayaré (29).
Pero apenas transcurrió un año y siete meses y resultó beneficiado con la excarcelación extraordinaria bajo caución juratoria y recuperó la libertad.
La medida de concretó el último viernes, justo en la víspera de Noche Buena, por disposición de Tribunal Penal Uno de Oberá.
Dicho beneficio fue solicitado por la defensa y se basó en que la sentencia no se halla firme, en la buena conducta del imputado y que previo al juicio oral estuvo en libertad y no entorpeció el proceso.
Consultada al respecto, Guayaré se mostró sorprendida e indignada por la decisión judicial y aseguró que al menos hasta este domingo no había sido notificada al respecto.
“Cómo puede ser. Qué injusticia”, fue su primera reacción, y agregó: “Qué noticia más fea y triste para mí, no puedo creer. Yo sigo en cama y él va a disfrutar de su vida como si nada”.
El hecho
Según se probó en la juicio, en la noche del 15 de diciembre del 2016 Batista y Guayaré concurrieron a una cena en el Club Cooperativa de Oberá y luego, en la madrugada del 15, tuvieron una discusión que culminó afuera, cuando ella cayó al suelo tras recibir un golpe que le ocasionó una lesión gravísima
Ante el Tribunal la víctima contó que comenzaron a discutir por una escena de celos de su pareja que la trató de “puta”.
Alrededor de la una salieron del salón de eventos y ella le pidió las llaves de la casa, circunstancia en que Batista “se dio vuelta y me agarró de los cabellos, de frente con las dos manos. Ahí ya no me acuerdo más. Después sentía mucho dolor en el cuello, y la sensación de no poder moverme”.
Luego la subieron al auto del padrastro del acusado y la trasladaron al Hospital, donde su pareja habló con el médico de guardia y le dijo que estaba borracha y se cayó.
“En todo momento le dije que me había golpeado. Pero el médico Luis Derna me decía que no me preocupe, que ya me iba a pasar (…) Le dije al médico que mi pareja me golpeó. Yo lo acusé y se fue”, aseguró.
“El médico me trató de borracha. Tuve que hacer la denuncia en Posadas porque acá no me escucharon”, dijo en relación a su posterior traslado al Hospital Madariaga.
El juicio
La lesión sufrida por Guayaré le ocasionó un daño irreparable en la columna cervical, al extremo que quedó cuadripléjica y debe movilizarse en silla de ruedas.
En el debate oral se leyó la declaración del traumatólogo Santiago Balderrama que operó a Guayaré en el hospital Madariaga de Posadas, quien concluyó que “nunca tendrá la movilidad ni recuperará el cien por ciento de sus funciones”.
En su alegato, la fiscal Estela Salguero expresó que la relación siempre fue conflictiva por los celos del implicado. Dijo que tuvieron muchas discusiones y contó que una vez le rompió un celular, cuestión que también relató otra ex pareja.
También ahondó en las actitudes de mostró Batista después del hecho, lo que sumó indicios para la acusación.
“Hay una situación muy llamativa en la actitud de Javier, que en todo momento dijo que la ayudó y que la llevó al Hospital, lo que es verdad, pero en el Hospital quedó sola. Llamativamente Javier se fue. Ella tiene padres, hermanos, una tía que trabaja en el Hospital; pero se fue y no llamó a ningún familiar. Una enfermera llamó después a la tía.
La hermana que estaba con él tampoco hizo nada para que los familiares pudieran enterarse de lo que le pasó a Yénifer. Indudablemente tomó esa decisión porque a él le beneficiaba. Todo esto proviene de una persona violenta”, remarcó en su alegato.
Y agregó: “Todo esto demuestra que la víctima no cayó sola. Esa noche Javier dio rienda suelta a sus impulsos, a su agresividad. Descontrolado por los celos golpeó a Yénifer”.
«No lo subestimen porque es un peligro»
En el juicio declaró la ingeniera Paola Ramírez (37), ex pareja de Batista.
“Yo era de su propiedad. Todo el tiempo me decía: ‘si me engañás te mato’, y me trabajaba con la culpa. Que yo era la razón de su vida; que sin mí, su vida terminaba. Usaba frases como ‘sos mía, por eso tenés que hacer lo que yo quiero. Tenés que hacerme feliz’. Era totalmente dominante y absorbente”, subrayó.
Aseguró que el implicado tenía cambios de humor, se volvía muy agresivos e imprevisible. En tanto, contó que en una ocasión la agredió porque sospechaba que tenía un amante.
“Estaba muy sacado y empezó a gritar, agarró mi celular, lo tiró y lo destruyó a pisotones. Después me agarró del cuello, gritando, y me tiró al piso. Pensé que me iba a matar. Luego me agarró el brazo, me tiró en la cama y me amagó con un cinto de cuero, y me decía que le diga la verdad o me iba a matar a palos”, recordó.
Al final, Ramírez reflexionó que “la violencia contra las mujeres no tiene ni nunca tuvo un castigo real, por eso los femicidas y violadores no tienen miedo de serlo. Por favor no lo subestimen porque este sujeto es un peligro latente”.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.