Padre coraje: recorre prostíbulos del país y arriesga su vida en busca de su hija Candela, desaparecida en San Vicente

Candela Correas de Melo desapareció la noche del 3 de febrero de 2018. Tenía 15 años y estaba embarazada. Su padre Pablo no descarta que la menor haya sido víctima de una red de trata, por ello recorre burdeles de todo el país en busca de alguna pista

Primero vendió su auto, después contó con el aporte de algunos amigos; a veces viaja con algún camionero, otras en colectivo o a dedo. Pablo Correas de Melo ya recorrió el país de punta a punta en busca de alguna pista de su hija Candela, desaparecida desde el 3 de febrero de 2018, cuando tenía apenas 15 años y estaba embarazada.

Según el testimonio de la mamá, esa noche la menor le dijo que su novio la pasaría a buscar para ir a cenar. Luego confirmó que Candela se llevó una mochila con una muda de ropa, los estudios del control de embarazo, la autorización de viaje, elementos de higiene personal, la plancha de pelo y el celular. 

Su novio, entonces de 20 años, fue el primer sospechoso y estuvo demorado, pero desde un primer momento aseguró que aquella noche no buscó a la chica de su casa en la zona rural de San Vicente. El muchacho nunca fue imputado.

Candela tenía 15 años cuando desapareció

Hubo varias hipótesis y hasta sospechas hacia una tía de la menor que reside en Buenos Aires, pero la investigación se fue estancando y se halla en foja cero.

Quien nunca dejó de buscar a Candela, entrevistarse con autoridades policiales y judiciales, viajar e investigar, es Pablo: un verdadero padre coraje.

“Lo que hice y hago es a pulmón, con ayuda de algunas personas conocidas. Mi investigación fue costeada por mí y hasta hace pocos días estuve caminando el Sur del país porque una de las hipótesis marcan que Candela fue captada por una red de trata de personas. Ya recorrí burdeles desde Corrientes hasta Tierra del Fuego”, comentó la semana pasada, cuando participó de la marcha por justicia por el homicidio de Daniela Radke, también en San Vicente.

Pablo se juega la vida, literalmente, cada vez que se mete a un prostíbulo en busca de alguna pista de Candela. Simula ser un cliente, pide un trago, pregunta por alguna chica que sea parecida a su hija y espera, con la ilusión de encontrarla. Destina sus recursos y arriesga el pellejo por una pista, por mínima que sea.   

“El deseo es encontrarla pese al silencio o al nulo avance investigativo en Misiones. Pero siempre estuve haciendo y hago mi parte, como padre la sigo buscando por todos lados, en tanto que desde el ámbito policial y judicial dicen que siguen trabajando en el caso, pero sinceramente no veo que sea así”, lamentó.

.

.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *