El menor padece TDAH y asiste a segundo grado de la Escuela 305 de Oberá. Sus padres relataron el calvario que padeció el pequeño: desde insultos a la prohibición de ir al baño y tomar agua. La denuncia fue radicada este miércoles ante el Consejo General de Educación
Los padres de un niño con diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) radicaron una denuncia administrativa interna contra directivos y una docente de la Escuela 305 de Oberá por maltrato y discriminación hacia el menor.
La presentación fue realizada este miércoles en la sede del Concejo General de Educación (CGE), en la ciudad de Posadas, ya que las autoridades de la Supervisión Escolar de Oberá se habrían negado a recepcionar la misma.
Los firmantes son Juan Marcelo Zuzaniuk y Laura Vanessa Vianna en presentación de su hijo de 7 años que asiste a segundo grado turno tarde de la citada institución.
En el escrito se especifican las responsabilidades que corresponderían a la directora, vicedirectora y docente a cargo del grado.
La denuncia administrativa fue acompañada de una nota al titular del CGE, Juan Alberto Galarza, donde se deja constancia que se recurrió directamente al organismo provincial ya que la supervisora departamental “no nos quiso recibir”.
En diálogo con este medio, los progenitores exhibieron una serie de estudios que avalan la condición que presenta el menor.
En el diagnóstico se indica que “padece dificultad del aprendizaje, requiere psicopedagogía, fonoaudiología, apoyo escolar, adecuaciones curriculares y control neurológico cada seis meses. No requiere medicación”.
En tanto, Zuzaniuk lamentó que su hijo fue objeto de “maltrato y discriminación para que nos cansemos y lo saquemos de la escuela”.
“Gritos y maltrato”
Contó que el pequeño tiene buenas notas, más por el compromiso de los propios padres que por la labor de la maestra, a pesar que la institución “tiene la obligación de identificar las necesidades educativas para mejorar las condiciones de enseñanza de nuestro hijo”.
“Pero no se hizo nada de eso. Más bien todo lo contrario, porque se lo sometió a violencia psicológica y discriminación violando Ley Provincial de Educación Inclusiva”, remarcó.
Contó que el menor hizo primer grado en la Escuela 185 y este año lo inscribieron en la 305.
Enseguida comenzaron los inconvenientes, detalló el papá, quien recordó que el primer indicio fue que los miércoles su hijo no quería ir a la escuela.
“Resultó que el profesor de educación física le golpeaba la cabeza con una birome y le gritaba. Me reuní con la directora y la maestra y no hubo más problema con esa materia, pero comenzaron otros. En realidad, nunca respetaron los requerimientos curriculares ni hubo contención, sólo gritos y maltrato”, señaló Zuzaniuk.
De todas formas, en la intención de colaborar, los padres siempre aportaron ideas, lo que la docente habría tomado a mal.
Al respecto, Vianna mencionó que “llegó a decir que la quería obligar a ella que haga un castillo para que entre mi hijo”.
Ni agua ni baño
Según la denuncia, la situación se agravó cuando le prohibieron al nene tomar agua e ir al baño, con el perjuicio para la salud que ello implica.
“Como reclamé por eso, me pidieron que firme una nota donde deslindo de responsabilidad a la escuela si a mi hijo le pasa algo en el baño. Tampoco le dejaban tomar agua y le sacaban su botellita”, mencionó el padre.
Aseguró que la maestra calificó de “retrasado” y “croto” al nene, al tiempo que en una ocasión la vio empujarlo a la salida de clases.
“Hace unos días tuvimos una reunión y fueron muy agresivas, sobre todo la directora y la docente. No hay diálogo, solo aprietes para que uno se calle”, opinó.
En ese contexto, la pareja decidió no mandar más a su hijo a clases, y anticiparon que “el año que viene no irá más a esa escuela, pero quisimos contar lo que nos pasa para que otros chicos no tengan que pasar por lo mismo”.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.
