La denuncia fue radicada en julio de 2020 ante la Comisaría de la Mujer de Oberá. La Cámara Gesell arrojó serias dudas sobre la veracidad de la acusación. Luego de tres años y medio el juez de la causa dictaminó que “no existen elementos de convicción suficientes para elevar la causa a juicio”
Fueron tres años y medio de insistir en su inocencia, de angustia y preguntarse por qué. Finalmente, el juez de Instrucción Uno de Oberá, Pedro Piriz, dictaminó el sobreseimiento definitivo de una mujer que fue acusada de abuso sexual en perjuicio de un nene al que cuidaba.
Cumplido el plazo de la falta de mérito dictada con anterioridad, el pasado 15 de diciembre el magistrado interviniente firmó la resolución de la inocencia de la imputada, ya que “no existen elementos de convicción suficientes para elevar la causa a juicio”, subrayó.
“Se hizo justicia, se terminó el calvario. Es terrible lo que vivió ella y toda la familia. Igual, el daño está hecho porque acá parece que si te denuncian ya sos culpable, cuando hay todo un proceso que seguir y todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario”, comentó un familiar de la señora en diálogo con este medio.
La denuncia por el presunto abuso se registró en julio de 2020, aunque recién en abril de 2021 el menor -entonces de 8 años- fue evaluado en Cámara Gesell, procedimiento que arrojó serias dudas sobre la veracidad de la grave acusación.
Al respecto, se precisó que “en la entrevista no estuvieron dadas las condiciones porque se trata de un nene con un grave problema de visión, lo que dificulta su relación con extraños. Estuvo muy inquieto y disperso, y en un momento se levantó y pidió para irse. Por eso su aporte no fue concluyente. No arrojó ningún elemento para corroborar o descartar el supuesto abuso”.
También hubo detalles llamativos, como la supuesta extracción de sangre por parte de la niñera al menor, según el relato de la progenitora.
Síntomas
La denuncia fue radicada por la mamá de niño, quien indicó que los hechos se habrían registrado cuando el menor tenía entre 3 y 6 años.
La trama del presunto abuso salió a la luz a mediados del 2020 cuando el nene comenzó a comportarse de manera extraña y contó lo que le hacía la “tía M…”, como le decía a la mujer que estaba a su cargo, siempre según la versión de la progenitora.
“Para mí era la niñera soñada, pero violó a mi nene desde los 3 añitos. Nunca imaginé que podría hacer algo así porque es una mujer mayor, es madre y abuela. Pero mi hijo siempre cuenta los mismos detalles de las cosas que le hacía, dónde y cómo. Hoy estamos tratando las secuelas que tiene, además de su problema de visión que podría estar relacionado al abuso”, comentó la madre en una entrevista con este matutino.
La niñera -entonces de 60 años- comenzó a la trabajar cuando el pequeño tenía 3 años, hasta entonces el único hijo de la pareja.
“Yo estaba feliz con ella, nos íbamos de viaje y le dejábamos la casa. Le teníamos toda la confianza del mundo”, graficó.
Pero al poco tiempo el menor comenzó a evidenciar ciertos síntomas que luego cobraron relevancia, como estar muy apegado a la madre, le costaba conciliar el sueño y golpeaba sus juguetes.
Ya con 4 años empezó a tartamudear y estaba siempre nervioso. Además padecía un constante estreñimiento, contó la madre.
Al respecto, indicó que “primero pensamos que se ponía nervioso era porque tartamudeaba y le costaba comunicarse. Le hicimos estudios médicos y todos salieron bien”.
Qué dijo el nene
Al año siguiente el nene comenzó con problemas oculares, por lo que recurrieron a un especialista de Posadas y luego lo derivaron con un alergista.
“Cuando empezó primer grado se cerró más. Nunca me contaba nada de la escuela. En paralelo empezó la rehabilitación por el problema ocular y pedí licencia en mi trabajo, por lo que la señora que trabajaba en casa dejó de ir. Hasta ahí no sospechaba nada. Incluso lloré cuando se fue porque le tenía mucho aprecio”, subrayó.
Al compartir más tiempo con el pequeño se hizo evidente que algo pasaba, ya que empezó a notar actitudes que antes no veía.
“Me quería besar en la boca, quería tocar mis partes íntimas y mordía cosas. Me sorprendió y le decía que eso no se hace. Busqué información, empecé a leer y supe que eran síntomas de abuso sexual. Fue terrible”, reflexionó.
En paralelo, el niño mostraba problemas de conducta en la escuela, se lo notaba enojado y tenía pesadillas.
Fue entonces que intervino un profesor del Centro de Rehabilitación del Ciego Santa Rosa de Lima, de Posadas, quien recomendó que consulten con un especialista porque notaba síntomas de abuso sexual en el pequeño.
Pero un hecho clave se registró a mediados de 2020, cuando el nene trató de tocar las partes íntimas de una vecina que lo estaba cuidando.
La mujer le llamó la atención y le dijo que eso no se hace, ante lo cual el chiquito le dijo: “Pero cómo, si la tía M… me hacía eso. Ella me encerraba en el baño y me sacaba sangre con una jeringa”.
La vecina le comentó lo sucedido a la mamá, quien luego radicó la correspondiente denuncia.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.