CENTRO DE REHABILITACIÓN, LEGADO DEL OBISPO BITAR
El flagelo de la adicción a las drogas no da tregua y sus tentáculos destrozan todo lo que se cruza por su camino. Oberá no es la excepción y las estadísticas dan miedo, con registros de criaturas que desde los 8 años comienzan a consumir, sin importar su condición social.
En ese contexto, desde hace años el obispo Damián Bitar se convirtió en la voz más potente en la lucha contra el narcotráfico y sus nefastas consecuencias. Comprometido y valiente, cada vez que puede advierte sobre los alcances de este drama moderno que consume sueños, vidas y familias enteras.
Asimismo, la diócesis que dirige Bitar lleva adelante la Pastoral de Adicciones, un espacio de contención para adictos que se tornó imprescindible en el ámbito local. En ese aspecto, hasta ahora, el estado corrió de atrás y muy lento, demasiado.
Hace una década se anunció el proyecto de la “ex Escuela de Fontana”, cuya estructura abandonada parece ideal para un centro de rehabilitación en serio, pero el estado durmió en sus propias promesas y ahí volvió a insistir el obispado.
Tras innumerable idas y vueltas propias de la burocracia, esta semana Bitar comunicó a sus allegados que a principios de 2024 se comenzará con el armado y la estructuración del centro de rehabilitación en la ex Escuela de Fontana, luego que la provincia traspasó el predio a la diócesis. Sin dudas, es un gran paso que permitirá a ayudar a muchos y, tal vez, salvar a algunos. El legado de Bitar.
OTRO ESCÁNDALO EN LA CELO
Cuando asumió la conducción de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo), allá por junio, los promotores de Maximiliano Conil destacaron su perfil de “profesional joven” con ganas y aptitudes para enderezar la nave. Pero lo cierto es que desde el minuto cero, la gestión Conil estuvo envuelta en críticas y suspicacias.
La designación a dedo del Consejo que presidió fue el primer cuestionamiento. En tanto, la semana pasada llamó la atención su repentina renuncia al cargo, lo que tendría que ver con la venta de una camioneta Toyota Hilux 4×4 doble cabina modelo 2023.

Según información que maneja la sindicatura, dicho vehículo fue vendido por 21.632.000 pesos, aunque el precio de mercado rondaría los 30 millones.
La Hilux habría sido entregada a la Celo en compensación por el robo de mayo. El 24 de octubre fue inscripta a nombre de la entidad y 15 días después se designó al gerente general Fernando Machado a gestionar la venta. Raro.
Como también lo es otro dato: la factura de venta está fechada el 21 de diciembre, pero la venta y entrega al comprador se hizo tres semanas antes, el 28 de noviembre. El comprador sería “un amigo”, como graficaron desde la cooperativa.
Lo cierto es que justo cuando el asunto empezaba a “catingar”, Conil y Machado renunciaron. O mejor dicho, los renunciaron.
CACEROLEROS EN OBERÁ / CASTA SINDICAL
Este miércoles, en el centro de Oberá, convivieron dos hechos públicos: por un lado el acto de ascenso del personal de la Unidad Regional II de Policía y, por otro, un cacerolazo convocado contra el DNU del presidente Milei.
Por suerte no hubo que activar el protocolo anti piquete, lo que hubiera opacado el acto de ascenso, claro. Tampoco fueron muchos los “caceroleros”. Como graficó un amigo: “En Dinco había más gente que en el cacerolazo”.
Y viendo a los referentes de la convocatoria, mamita querida… varios de los sindicalistas-casta del ámbito local que hace años no ven una pala ni en foto.

Ya en el acto de ascenso de la Policía, en su homilía el padre Fabián expresó su apoyo a las fuerzas de seguridad y dijo que “no hay que temer a los uniformados, hay que temer a los encapuchados que portan palos”, al tiempo que subrayó: “Como dijo el presidente: el que las hace, las paga”.
Está perfecto, padre. Así debe ser, pero que también paguen los uniformados que se equivocan; si no, no sirve.
POLICÍAS CON ESTRÉS
Con relación a los malos policías, la semana pasada el comisario general Sandro Martínez, nuevo jefe de la Policía de Misiones, expresó: “Vamos a ser inflexibles con los delincuentes disfrazados de policías. No nos molesta que la prensa nos muestre esto porque nosotros necesitamos sacarlos de la fuerza de inmediato. No son policías, son delincuentes con el uniforme policial y van a ser corridos de la institución”.
Más claro imposible, al menos desde el discurso. Ojalá que le vaya bien a Martínez y que sea inflexible con los malos policías.
Previo al cargo que ostenta, fue el director de Asuntos Jurídicos de la Jefatura y cuentan que salvó a muchos “embagallados”, como se dice en la jerga a los policías que acarrean causas judiciales. Es lo que corresponde, porque todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Por eso, muchos que volvieron después de un tiempo en disponibilidad aprecian mucho al nuevo jefe.
Claro, la dificultad es separar la paja del trigo. Por ejemplo, los “famosos” Lentini y Basaraba, que luego del caso Wasyluk fueron imputados por la desaparición de cocaína de la Seccional Tercera.
Por este último hecho, ambos estuvieron apartados de la fuerza por más de dos años, aunque en junio pasado la Jefatura los reubicó en la UR 14 de San Pedro. Pero resulta que ahora los muchachos están con licencia por “estrés” y dicen que a San Pedro no vuelven más porque es muy lejos. ¡Qué tal te queda el moño!
¿El comisario Martínez estará al tanto? Si no, seguro le viene bien el dato que le aporta la prensa.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.