La justicia busca cotejar detalles de la dependencia con dichos de testigos que vieron a Josías Galeano esposado y golpeado, lo que viola leyes y tratados internacionales. Participaron peritos de Secretaría de Apoyo paras Investigaciones Complejas (Saic). Dos policías están imputados. El cadáver del menor fue hallado el 3 de junio de 2022
Un importante avance se concretó este jueves en el marco de la investigación por el homicidio de Josías Galeano, ya que se concretó la inspección ocular y revisiones en la Seccional Cuarta de Oberá, dependencia en la cual el menor estuvo detenido de manera ilegal antes de su desaparición y muerte. El cadáver fue hallado el 3 de junio de 2022.
Según el expediente, en el cual interviene la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura (CPPT), existe constancia de testigos que declararon haber visto al chico esposado en dicha comisaría, lo que violo protocolos policiales, legislación nacional y convenios internacionales.
En ese marco, el juez de Instrucción Dos de Oberá, Horacio Alarcón, dispuso que se inspeccione la dependencia para cotejar la versión de los testigos.
Para ello fueron convocados peritos de la Secretaría de Apoyo paras Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial, los cuales tomaron fotografías y realizaron un estudio planimétrico, entre otras cuestiones técnicas.
Participaron la fiscal de Instrucción Dos, Myriam Silke, funcionarios judiciales, los defensores de los dos policías imputados y el abogado Axel Demonari, querellante particular que representa los intereses de Carolina Ramírez, madre de la víctima.
“Los testigos dieron detalles del lugar donde los policías ubicaron al menor, lo que, de corroborarse con la inspección ocular y otros elementos, podría se concluyente sobre las responsabilidades de los citados funcionarios”, precisó un vocero del caso.
Por el momento, la causa que tiene como imputados al oficial subayudante Carlos Juniors M. y el cabo Daniel M., se tramita en paralelo al expediente principal del homicidio que está a cargo del juez de Instrucción Uno, Pedro Piriz, y tiene como principal sospechoso a Andrés Rogelio T. (26).
Primera coincidencia
En la inspección de este jueves, los peritos y autoridades constataron que en el área de calabozos existe un sector abierto, con rejas en el techo, lo que coincide con el aporte de un testigo del expediente.
Dicho testimonio fue recpcionado por el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá el 26 de mayo de 2022, y cita: “Era la media mañana que trajeron al menor, era un guachincito. Un día de lluvia lo trajeron de shorcito y de musculosa, ahí nosotros le dimos ropa, pantalón y un abrigo. Nosotros le dimos un taper con comida. Él estaba esposado por la reja. Entre los calabozos hay un patio y ahí está la reja, no tiene techo, por eso mismo le prestamos la ropa. Estaba solo ahí, estuvo hasta la tardecita esposado por la reja”.
Éste y otros testigos que estaban detenidos en abril declararon haber visto al menor esposado en la Seccional Cuarta.
En consecuencia, inicialmente cuatro efectivos de la dependencia fueron imputados por “omisión de hacer cesar o denunciar detención ilegal, falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada, severidades y amenazas”.
Se trata del expediente 82819/2022 que, con el avance de la investigación, sobreseyó a dos funcionarios y complicó a otros dos.
“Me van a matar”
Vale recordar que a los pocos días de la desaparición del chico y cuando aún lo buscaban con vida, Carolina Ramírez denunció a efectivos de la Cuarta por presuntos hechos de violencia y amenazas contra su hijo.
Además, el juzgado recepcionó el aporte de una persona que contó que Josías Galeano le manifestó que el oficial Juniors M. le habría propinado golpes mientras se encontraba detenido.
“El Chiqui (apodo del menor fallecido) cayó detenido en la Cuarta un par de horas, ni en el calabozo le pusieron. Allá el oficial M. le pego una piña en el ojo”, se cita en el expediente.
También consta el relato de la madre de la víctima, quien detalló “que el pasado 11 de abril (de 2022), alrededor de las 11.40, se presenta en mi domicilio un móvil policial con dos policías a quienes identifico como M. Carlos Juniors y M. Daniel, los que exigieron hablar con Josías por el supuesto hurto de un celular”.
“En ese momento Josías se encontraba durmiendo y sus hermanos miraban la televisión, fui a llamarlo y en eso los policías ingresan sin ningún tipo de autorización. El señor Daniel M. lo alza por la fuerza, Josías se agarra de la puerta de la casa y me dice: ‘que no me lleven porque me van a matar’. Mientras se producía el forcejeo el mismo policía me exigía que busque el supuesto celular”, señaló.
Dicha patrulla pertenecía a la Seccional Cuarta, por lo que la progenitora llamó por teléfono y le informaron que a las 18 la buscarían “para presentarnos a la Seccional Segunda para que un médico revise a mi hijo. Una vez allí pude ver que este se encontraba golpeado, con moretones en su rostro, piernas, brazos y espalda”.
“Josías alcanza a expresar: ‘viste mami que los policías me pegaron’, a lo cual Daniel M. le responde que es un chorro y que si lo encontraba en la calle no la iba a contar”, agregó.
Policías en la mira
El abogado Axel Demonari, querellante en representación de la familia de la víctima, subrayó que a los pocos días de la desaparición del chico los policías imputados fueron nombrados en el expediente.
“No debe dejar de considerar su señoría que testigos afirman haber visto a dos policías a bordo de un Fiat Uno rojo, el cual fue reconocido como el auto particular del señor Daniel M., buscando al menor un día antes de su desaparición, lo cual demuestra la persecución que sufría Josías por estos policías”, subrayó Demonari en un escrito.
También se refirió a una testimonial en la que un testigo expresó que la noche previa la desaparición del menor, alrededor de las 21, se encontró con un conocido apodado Kike y observó que “paró un auto rojo Fiat Uno y venían dos tipos con chalecos de Policía”.
“Ellos nunca bajaron del auto, no nos dijeron por qué lo buscaban a Chiqui. Nunca había visto ese auto por el barrio; no sé de quién es ese auto, a Kike le preguntaron si vieron a Chiqui y le dijo que no, que no lo habían visto. Ahí se abrió la ronda y se fueron todos”, agregó en sede judicial.
Por ello, oportunamente la querella solicitó la detención de Carlos Juniors M. y Daniel M., fundando el pedido en “la gravedad de los delitos atribuidos y el peligro de entorpecimiento del proceso”, lo que en su momento no prosperó.
Causa principal a juicio
La investigación a los policías se tramita en paralelo a la causa por la muerte del menor, hecho por el que fue procesado con prisión preventiva Andrés Rogelio T.
En tal sentido, en diciembre pasado la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores de Misiones rechazó un planteo defensivo y confirmó la elevación a juicio del expediente que investiga el homicidio. El mismo se tramita ante el Juzgado de Instrucción Uno.
La resolución se tramitó ante la Sala II de la Cámara y estuvo a cargo de José Alberto López con adhesión de José Jacobo Mass.
Por ello, cerrada la instrucción y elevado a juicio el expediente, resta que el Tribunal Penal Uno fije fecha para el debate oral.
En octubre pasado el defensor oficial Matías Olivera apeló la elevación a juicio en función a las contradicciones expuestas por el principal testigo de la acusación, como también la imposibilidad de probar la mecánica y fecha de muerte de la víctima, según su óptica.
En respuesta a ello, la Cámara reconoció que “existen contradicciones entre lo declarado por los testigos, que no representan elemento de cargo en contra del imputado, y que existen contradicciones obvias que no tienen que ver con valoración o percepción que puede cambiar con el tiempo”.
“Sin perjuicio de ello, y conforme las constancias de autos, se verifica que el planteo recursivo no resulta suficiente para desvirtuar el auto de elevación a juicio, dentro del grado de conocimiento requerido para esta instancia del proceso”, agregó.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.