Según registros del Hospital Samic, en menos de dos años Roxana Franco fue internada cuatro veces por lesión en cara, doble fractura de mandíbula, lesión traumática de costilla y otra vez fractura de mandíbula. Si bien la autopsia descartó una muerte violenta, se realizarán estudios complementarios
La autopsia al cuerpo de Roxana Mabel Franco (29), quien murió el domingo en el Hospital de Oberá después de una semana de agonía, no detectó que haya sufrido una muerte traumática, lo que descarta la hipótesis del femicidio que denunció una hermana. Los datos preliminares de la pericia apuntan a una falla multiorgánica relacionada con el consumo de bebidas alcohólicas.
De todas formas, el juez de Instrucción Uno de Oberá Pedro Piriz ordenó estudios complementarios que podrían aportar nuevos datos.
En tanto, persiste el pedido de detención del concubino, Juan Ramón Fernández, por el delito de lesiones -causa que data de diciembre- y desobediencia judicial, ya que estaba conviviendo con la mujer a pesar de la restricción vigente.
Lo cierto es que más allá del examen forense, acorde al testimonio de familiares y vecinos de Franco, en los últimos años la mujer fue víctima de varios actos de violencia por parte de Fernández, hechos que apenas dos años derivaron cuatro internaciones en el Hospital.
Según información oficial del centro asistencial a la que accedió NDA, el pasado 28 de abril la mujer fue internada por una hemorragia digestiva. Falleció a la semana.
Pero antes estuvo internada cuatro veces por diferentes agresiones de su pareja. Aquí el detalle: 8 de junio de 2022, lesión en cara; 15 de julio de 2022, doble fractura de mandíbula; 7 de junio de 2023, lesión traumática de costilla, y 27 de junio de 2023, otra fractura de mandíbula.
Además, según el registro policial, el 1 de diciembre pasado Fernández fue detenido por lesiones y amenazas a la víctima, aunque en aquella ocasión no fue internada.
Vivir en el infierno
Por tales antecedentes, tras el fallecimiento una hermana de la mujer radicó una denuncia para que se investigue al concubino.
“Él era maldito, siempre le pegaba y ya estuvo preso por eso. En una oportunidad le rompió un brazo y en otra le fisuró la mandíbula. Por eso mismo, por la violencia en que vivían, una hermana de Roxana le llevó a sus chicos para vivir con ella en Andresito. Acá no tiene familiares”, precisó Romina.
La misma vecina indicó que “la hermana se llevó a las criaturas porque el tipo también era malo con ellos y sufrían demasiado viendo todo lo que pasaba en esa casa”.
También avanzó en detalles aberrantes, como supuestos abusos cometidos por parte del sospechoso y otros hombres en perjuicio de la víctima, todo propiciado por el consumo de alcohol y drogas.
Otro vecino consideró que “lamentablemente ella también tomaba y por eso aguantó muchas cosas. La gente le hablaba para que le deje a ese hombre, pero ella siempre le terminaba recibiendo. Una lástima porque era buena, pero tenía ese maldito vicio”.
Con relación al ahora prófugo, varias voces coincidieron en que anduvo por el barrio Gunther -donde residían- hasta el último domingo, cuando se confirmó el deceso de la mujer y se concretó la denuncia en su contra.
Incluso, trascendió que cuando la Policía comenzó a buscarlo se escondió en la letrina de una casa vecinas y pasó parte de la noche en ese lugar. Tampoco se descarta que algún familiar lo haya alojado.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.