Como jefe político de la Policía de Misiones, Marcelo Pérez es responsable de una manifestación que implicó un bombazo puertas adentro del Gobierno provincial. En los días previos subestimó la temperatura que iba adquiriendo el reclamo. Después amenazó con sanciones, lo que no hizo más que agravar el conflicto que explotó el viernes
Ante el fracaso de la “mano dura” del ministro de Gobierno Marcelo Pérez, quien desde un primer momento trató de sediciosos y hasta amenazó con meter presos a los policías que reclaman una recomposición salarial, el Gobierno ahora ensaya una postura más conciliadora para tratar de destrabar el conflicto que tiene su bunker en el acampe sobre la avenida Uruguay de Posadas.
En ese contexto, los referentes de la protesta fueron convocados a una reunión en la Jefatura de la Policía con el ministro de Coordinación de Gabinete Héctor Llera.
Por su estilo de conducción, que muchos consideran soberbio y altanero, Pérez nunca cuajó con las bases policiales. En tanto, como jefe político de la Policía de Misiones, es responsable de esta nueva manifestación -que tuvo repercusión nacional y hasta internacional- que implicó un bombazo puertas adentro del Gobierno que encabeza Hugo Passalacqua.
Precisamente, el primer mandatario provincial se destaca por su tono conciliador, cuestión que contrasta con la postura y las acciones del ministro de Gobierno.
Está claro que, en los días previos, Pérez subestimó la temperatura que iba adquiriendo el reclamo policial. Muestra de ello es que se anunciaron castigos y traslados a varios activos que acompañaron el acampe de los retirados de principios de semana hasta el jueves. Fue como querer apagar la salamandra con medio litro de querosene, porque el viernes explotó todo.
Error estratégico
La capacidad de un líder también se evalúa por su viveza para anticiparse a la jugada de los subordinados y, si están disconformes, tratar de acercar las partes y llegar a un acuerdo.
Pero no, Pérez es afecto a la mano dura, la disponibilidad, el traslado. Y así como están las cosas, queda claro que a la tropa ya no se la amedrenta así nomás, menos cuando lo que ganan no alcanza ni para llegar ni al 15.
Aparte, los policías saben que la unión hace la fuerza y que integran una institución clave en el organigrama estatal, entonces no conviene ningunearlos ni mojarles la oreja como hizo el ministro.
Es más, esta mañana el propio jefe de Policía, Sandro Martínez, constató que el Comando Radioeléctrico I no estaba tomado, desmintiendo a Pérez.
Entrada la tarde de este domingo no hay acuerdo, pero ojalá lo haya, acuerdo que contempla anular todos los castigos que impulsó Pérez.
Mientras se lame las heridas que le deja este conflicto, el ministro debería renovar su biblioteca y descartar los tomos que explican cómo cortar cabezas. Eso no va más. Son nuevos tiempos, por suerte.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.