Se siente el estancamiento de la negociación salarial con el Gobierno y la constante presión con sanciones y denuncias penales. Quienes más apoyan el paro son los efectivos jóvenes en actividad, quienes llegaron con la idea del 100% de incremento para alcanzar los 800 mil pesos de la canasta básica y aún están lejos de eso
Son horas claves en el acampe de la avenida Uruguay de Posadas, donde el desgaste tras doce días, la inclemencia del clima y el silencio oficial van afectando el ánimo de los policías que reclaman un incremento salarial.
Ya se siente el estancamiento de la negociación salarial con el Gobierno y la constante presión con sanciones y denuncias penales.
Ramón Amarilla, uno de los voceros policiales, habló esta tarde ante sus camaradas y expresó que “nadie quiere cargar en la conciencia con que alguno pierda el trabajo, por eso tenemos que tratar de resolver esto lo más pronto posible”.
Sin dudas, las palabras del suboficial mayor retirado no hicieron más que validar la estrategia de desgaste impulsada por el Gobierno.
De todas formas, hace instantes informó que la asamblea resolvió continuar con el paro, al tiempo que le apuntó al ministro de Gobierno Marcelo Pérez, quien -según Amarilla- habría dicho “que cierren las negociaciones, que él se va llevar nuestras cabezas”.
Lo cierto es las aguas están divididas. Por un lado, los retirados y policías de mayor rango, donde se nota el impacto del aumento otorgado; y del otro los más jóvenes en actividad, quienes llegaron con la idea del 100% de incremento para llegar a los 800 mil pesos de la canasta básica y aún están lejos de eso.
Igualmente, las decisiones se toman por consenso y la mayoría decide, y por ahora el reclamo sigue con el acampe como epicentro.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.