Roberto Bondar golpeó en el pecho a su colega Rosendo Cabrera y lo amenazó. Tuvieron que suspender la audiencia prevista en el marco de una causa por abuso sexual. El agresor es el mismo que ya fue denunciado por el juez de Faltas de Oberá y que golpeó a un empleado de la Celo, entre otros incidentes y exabruptos, como tildar de «basura e inmundicia humana» a una nena de 11 años víctima de abuso y «delincuentes» a los integrantes del Tribunal Penal Uno de Oberá
Un grave incidente se registró este viernes en el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá, circunstancia en que un abogado agredió a un colega y lo amenazó en medio de una audiencia por un expediente de abuso sexual.
La situación no pasó a mayores por la rápida intervención de personal y policías que estaban en el lugar, tras lo cual el juez Horacio Alarcón citó a los implicados a su despacho.
De todas formas, testigos del hecho comentaron que el letrado Roberto Bondar -sindicado como el agresor de su colega Rosendo Cabrera- estaba fuera de control y tuvieron que suspender la audiencia y sólo declaró una de las testigos citadas.
El lamentable episodio se registró en el marco de una causa que se inició el pasado mes de febrero, cuando Juana G. (36) denunció a su marido por presunto abuso sexual.
El sospechoso, identificado como Iván Luis S. (43), permanece detenido desde entonces.
Según la denuncia radicada ante la Comisaría de la Mujer de Oberá, la pareja convivió 20 años y tienen tres hijos. Asimismo, la señora aseguró que durante años padeció violencia y abuso por parte de su esposo.
En tanto, más allá de la gravedad de la acusación, desde un primer momento la familia de la presunta víctima (padres y hermanos) dudaron del hecho y hasta declararon a favor del acusado.
“El abogado nos quiso intimidar”
Precisamente, para la víspera fueron citadas dos hermanas de Juana G. como testigos presentados por Rosendo Cabrera, defensor particular del sospechoso.
En diálogo con este medio, Yamila y Daniela G. reconocieron que nunca creyeron en la acusación contra su cuñado, a quien calificaron como “un hombre que trabajó toda la vida, crio a sus tres hijos y nunca le maltrató a nuestra hermana”.
“Por más que sea nuestra hermana, no vamos a permitir que le haga semejante daño a un buen hombre. Es una injusticia lo que está haciendo. Ni nuestros padres le creyeron”, subrayaron.
Según las propias hermanas de la denunciante, el trasfondo de la denuncia habría sido un tercero, ya que al otro día de la detención del acusado la mujer ya estaba conviviendo con otro hombre.
Este y otros detalles -algunos aberrantes- fueron mencionados por Yamila G., quien sí pudo declarar ayer y su testimonio habría propiciado la violenta reacción de Bondar.
“Antes de la audiencia el abogado nos quiso intimidar, y después golpeó y amenazó al abogado de nuestro cuñado. Es una vergüenza lo que pasó”, lamentaron las testigos.
Por su parte, el abogado Cabrera confirmó el hecho y contó que Bondar lo golpeó en el pecho, ante lo cual intervinieron un instructor y un policía.
Asimismo, mencionó que la reacción del agresor estaría vinculada a las testimoniales adversas a la supuesta víctima, lo que podría derivar en el sobreseimiento del acusado.
Antecedentes de Bondar
Quienes asisten a los juicios que se ventilan en el Tribunal Penal Uno de Oberá están acostumbrados a los exabruptos y excesos dialécticos del abogado Roberto Bondar, aunque no por ello sus argumentos dejan de sorprender.
En abril del año pasado, en el marco de un debate por abuso sexual en perjuicio de dos nenas de 9 años, Bondar señaló que su cliente debería ser sometido a una medición del miembro “in situ” para descartar su responsabilidad en los hechos.
“Mi cliente me dijo que tiene un pene de 20 centímetros. O sea, que de haber existido acceso carnal produciría lesiones graves a la víctima”, afirmó sin ponerse colorado.
Antes, en julio de 2020, cuando operaban las restricciones por la pandemia, afrontó una causa por negarse a usar barbijo en la vía pública.
Luego, en agosto del mismo año, Bondar protagonizó un escándalo que derivó en una denuncia penal en su contra por presunta amenaza, daño al bien público e injurias en perjuicio del juez de Faltas de Oberá, Francisco Sá.
“Llegó a los gritos y profiriendo insultos. Quería que el juez lo atienda: ‘que salga ese…’, gritaba. Salió y al rato volvió; pero abrió la puerta para afuera, siendo se abre hacia adentro, lo que hizo palanca y reventó el zócalo. Después siguió gritando y dijo que lo esperaba al juez afuera, amenazante. Varios testigos presenciaron el hecho”, se citó en la denuncia.
Accionar polémico
En octubre de 2019, el mismo Bondar increpó y empujó a un empleado de agua potable de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo) frente a integrantes del Consejo de Administración.
Según mencionaron en ese momento, el abogado se presentó en la sede de la entidad para reclamar por la facturación del servicio y comenzó a insultar a todos.
Después empujó de manera violenta a un trabajador que trataba de brindarle las explicaciones del caso. El bochornoso hecho quedó registrado en el sistema de seguridad por cámaras.
Antes, a mediados del 2017, Bondar fue sancionado por la Justicia de Instrucción tras una serie de descalificativos contra una niña de 11 años que fue víctima de abuso.
Ante lo inapropiado de los términos usados por el letrado, el juez de la causa lo apercibió y giró las pruebas al Colegio de Abogados de Misiones.
Según el magistrado Horacio Alarcón, en la petición de falta de mérito “a mi entender descalifica a la menor L.M.L. en dos oportunidades. En el primer término tildándola de ‘basura e inmundicia humana’; y en un párrafo posterior de ‘mugre’, hecho este que a mi criterio configura un desempeño profesional moralmente reprochable del letrado referido y susceptible de sanción en los términos del Artículo 57 del R.P.P.J. de la provincia de Misiones”.
Ese mismo año, en el marco del primer juicio por el homicidio de la pequeña Selene Aguirre, Bondar calificó como “delincuentes” y “barras bravas” a los propios integrantes del Tribunal Penal Uno de Oberá.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.