Francisco Angelotti Notarbartolo captaba menores vulnerables de Oberá para someterlos y explotarlos. Entre los imputados se encuentra el ganador de Gran Hermano 2001, Marcelo Corazza. La red de complicidades probadas a partir del relato de las víctimas. La causa ya fue elevada a juicio
El 20 de marzo del año pasado, los medios nacionales le dieron gran cobertura a la detención de Marcelo Corazza (52), ganador Gran Hermano 2001, acusado de corrupción de menores.
Por la misma causa hubo allanamientos en cinco puntos en simultáneo: tres en el partido deGeneral Rodríguez y uno en Tigre, provincial de Buenos Aires, y el restante en Oberá, donde fue capturado Francisco Rolando Angelotti Notarbartolo (50).
Este último residía sobre calle Ralf Haupt, en cuyo frente tenía su comercio denominado “Pizzas Porteñas”.
En las semanas posteriores fueron trascendiendo detalles aberrantes de una red de pedófilos con base en Oberá. Además de Corazza y Angelotti, también fueron imputados Raúl Ignacio Mermet (46), Andrés Fernando Charpenet (54) y Leandro Agustín Aguiar (26).
Los cuatro primeros están acusados de montar una estructura destinada a reclutar menores y mayores de edad en situación de vulnerabilidad para someterlos y explotarlos sexualmente, ya sea por plata o por satisfacción personal o de terceros. Esto habría ocurrido durante más de 20 años, tanto en Buenos Aires como en Misiones.
Sobre el expediente, el pasado 19 de junio el Juzgado Criminal y Correccional Federal 4 elevó la causa a juicio.
Angelotti aparece como el líder de la banda. Extrovertido y verborrágico, el oriundo de Pilar, Buenos Aires, llegó a Oberá hace casi dos décadas y su primer emprendimiento fue un ciber y panchería en el centro; luego tuvo un boliche y después una academia de artes marciales. Todos ámbitos donde se mezclaba con menores y jóvenes a los que reclutaba para someterlos.
Primeras víctimas
Este medio accedió al escrito de elevación a juicio que consta de 289 páginas y grafica el cúmulo de pruebas contra los implicados. La lectura de los detalles es un verdadero descenso a lo más bajo de la condición humana, al tiempo que corrobora el padecimiento de las víctimas.
Al menos entre 1999 y 2003 Angelotti abusó y ofreció los servicios sexuales de dos menores (identificados como Víctima I y Víctima II) en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires.
“En una ocasión, Angelotti llevó a Víctima I a un garaje en el conurbano, había personas de entre 50 y 60 años. El único recuerdo que tuvo es estar arrodillado y todos ellos rodeándolo (supuso que pudieron haberle hecho practicarles sexo oral)”, cita el expediente. Ambas víctimas también fueron abusadas por Mermet, amigo de Angelotti.
Con relación a Corazza, Víctima I declaró que un día Angelotti le dijo que había alguien que lo quería conocer. Primero el chico no quería, pero lo terminó convenciendo y se dirigieron a Plaza Miserere.
“Al llegar, se colocaron ambos autos a la par y del otro, bajó la ventanilla Marcelo Corazza. Víctima I se sintió atraído por la situación ya que recientemente había resultado ganador del reality Gran Hermano. Ello lo llevó a pasarse a su rodado. Corazza condujo hasta Costanera Sur. Estacionó el auto, se desnudó y se masturbó delante del menor mientras lo miraba. El niño solamente se desnudó. Una vez que Corazza hubo eyaculado, se bajó del auto y se fue. Retornó al auto de Angelotti, quien lo aguardaba en el mismo lugar”, dice el expediente.
Obereños explotados en Buenos Aires
Un verano, en tanto, el imputado llegó a la quinta de Castelar de la familia de Víctima II y estaba acompañado de un menor de no más de 9 años con acento misionero.
Los tres fueron a un albergue transitorio y tuvieron sexo entre los tres. La víctima dijo recordar “la colita de bebé” del otro niño.
La explotación sexual de menores también se corrobora cuando Angelotti, tal se desprende de escuchas telefónicas, le dice a su amigo Charpenet que a T. no lo “tiene tan habilitado” como para entregárselo; pero a M. sí, y le ofrece que, si viajan a Buenos Aires, “él se prende para eso”, haciendo referencia a actos sexuales.
En el expediente “se deja constancia que los hermanos C. (T. y M.) residen en Oberá, provincia de Misiones, pero que al menos M. viajó a la provincia de Buenos Aires en dos ocasiones como mínimo”.
Con relación a Aguiar -posadeño que fue pareja de Angelotti-, el mismo no desconocía los abusos. Es más, le habría pedido que se filmara cuando lo hacía, para poder verlo luego.
Por ejemplo, el 15 de agosto de 2019 Aguiar le habría pedido a Angelotti que sometiera a un menor frente a la cámara para poder verlo, tal como surge de una conversación.
“Me gusta imaginarme tus violaciones”, le dijo a Angelotti, quien respondió: “A mí me gusta cuando vos lo violás y me contás lo que haces”.
Volviendo a Mermet, quien viajó varias veces a Oberá, la Víctima VI contó que el imputado lo quiso violar, pero se defendió.
“Acá quedan los pibes”
Por su parte, la Víctima VIII precisó que tenía alrededor de 16 años cuando Angelotti le presentó a Mermet, quien lo halagaba: “Que lindo pibe, que buen pibe… sos muy copado”. Luego se dirigieron al departamento de Angelotti, en Oberá, donde Mermet lo incitó a masturbarlo y practicarle sexo oral.
“(…) me gustaría que vayas conmigo a Buenos Aires, yo tengo una familia, pero es para mantener una apariencia”, le dijo luego.
Le escribía mensajes por la aplicación de Messenger preguntándole cuándo viajaba hacia Buenos Aires: “Vení, acá vas a tener todo, te vas a quedar en la casa de la vieja de Rolando (Angelotti), acá quedan los pibes…”.
En tal sentido, en la investigación se determinó que los integrantes de la red captaban a sus víctimas en base regalos, dinero y promesas.
Angelotti, por su parte, sabía lograr la atención de los menores con tecnología, computadoras y juegos. Así captó a la Víctima VI, cuando tenía alrededor de 12 años.
En tanto, Víctima IX mencionó Angelotti lo instó a mantener relaciones sexuales con otra persona mayor de edad a quien le debía dinero.
“Refirió que fue trasladado por el imputado a la localidad de Candelaria, provincia de Misiones, para concretarlo, y que allí se dirigieron a un bar. Acto seguido expresó que si bien se encontraron con dicha persona, nada ocurrió”, indica el expediente.
Para la justicia, Angelotti “no sólo realizaba el acuerdo, además era quien trasladaba, entregaba a los niños y proporcionaba contacto y el espacio donde realizaban los abusos sexuales”.
Graves secuelas
Oportunamente, Víctima VIII detalló cómo era el accionar de Angelotti, quien primero actuaba como amigo y protector, para luego ir exhibiendo sus verdaderas intenciones, para lo que solía valerse de la pornografía.
“Mirá, tengo un videíto, tengo esto, tengo lo otro, y bueno, al principio eran esos videos y después era como que ya había una sugerencia. Onda ‘estás excitado, eh’. Varias veces se acercaba cuando yo estaba mirando, cuando estamos mirando en la computadora los videos. Venía y como que, no como que, sino que nos tocaba”, declaró la víctima.
Víctima IX lo conoció cuando tenía 15 años: “En una ocasión, me dijo que una persona, pero eso sí me di cuenta que era una persona más grande, como que era mayor, y le debía cierto dinero. Esa persona vivía en otra localidad, como que tenía que estar con esa persona, para que le pagase y demás”.
“Entonces me llevó, pero a Dios gracia esa noche no pasó nada (…) Hasta los 17, de los 15 a los 17 años era como muy repetitivo estas cuestiones, saciar las necesidades sexuales de él básicamente. Hasta que yo cumplo años el 27 de marzo y en abril unos días después de cumplir años me fui hacer un chequeo y ahí me diagnostican con dos enfermedades que es HIV y sífilis”, detalló la víctima.
Escuchas
La lectura de las escuchas a los integrantes de la red de corrupción de menores con base en Oberá, no dejan de sorprender por lo repugnantes y aberrantes. Semanas antes de ser detenidos, Angelotti y Charpenet mantuvieron el siguiente diálogo que consta en el expediente:
Charpenet: pará, XXX empezó a trabajar con vos en la pizzería.
Angelotti: sí.
Charpenet: ¿y qué hace?
Angelotti: hace pizza con (menciona a otro joven).
Charpenet: un día vas a llegar y van a estar estos dos culeando.
Angelotti: me encantaría eso, en la pizzería con todos enharinados, con la mesa y las nalguitas te gustarían.
Charpenet: (risas)
Angelotti: te imaginas la escena, así el señor tatuado, barbudo… ¿qué hacen acá? ¡No señor! Le pones a los dos contra la baranda y le das.
En otro tramo, Angelotti le confesó a su cómplice que abusó de un menor:
Angelotti: boludo lo agarré al hermanito de XXX.
Charpenet: ay contame.
Angelotti: dos veces le hice acabar seguidas, ya está aflojando más, está más suelto viste.
Charpenet: sí.
Angelotti: le dije y me dijo, bueno dale, vamos a hacer o sea ya se soltó, imagínate dos veces así que…
Charpenet: bueno.
Angelotti: así que le dije, de a poquito vamos a seguir.
Charpenet: bueno.
Angelotti: le dije escuchame… te llevo ahora a los 18 cuando cumplas (…) mañana cumple 16 viste. En dos añitos más, cuando cumpla 18, le dije: Te llevo a Miami. Vamos a Orlando, Disney. Y me dijo: Bueno dale, dale, sí de una jajá…
Charpenet: jajá ¡claro!
En otra escucha, Charpenet habla con Raúl Ignacio Mermet y lo alaba por abusar de un menor:
Mermet: Sos un capo boludo, ¿eso es como comer carne de ternera más o menos no?
Charpenet: Es como comer caviar.
Mermet: Con la mano, con la cucharita lo cortas ¿no?
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.