Captaban a víctimas vulnerables del barrio Sapucay, en Oberá. Las hermanas seducían y abusaban de los menores, les facilitaban marihuana y luego los obligaban a robar para “pagar” los supuestos favores sexuales y la droga. Las mismas implicadas se grababan abusando de los chicos
Los investigadores y funcionarios que tuvieron acceso a los videos que constan en el expediente definieron el caso como “terrorífico”, “asqueroso” y “aberrante”. Y no es para menos, ya que las víctimas son al menos diez varones de entre 9 y 16 años, y las acusadas dos hermanas de 33 y 30 años.
Según se determinó, las implicadas seducían y abusaban de los menores, les facilitaban marihuana y luego los obligaban a robar para “pagar” los supuestos favores sexuales y la droga. Las mismas implicadas se grababan abusando de los chicos.
La maniobra tenía su epicentro en el barrio Sapucay de Oberá, donde las carencias saltan a la vista y muchos menores en situación de vulnerabilidad acuden a un hogar de día.
En ese contexto, muchas de las víctimas fueron captadas en cercanías al citado hogar, tal como precisó Nora González, a cargo del departamento de Niñez y Familia de la Municipalidad de Oberá.
“Esta mujer se acercaba al hogar para buscar a sus hijos y se hacía amiga de los chicos, los invitaba a tomar tereré, los llevaba a su casa y, una vez que se ganaba la confianza, mantenía relaciones sexuales con los chicos y les facilitaba estupefacientes”, precisó la funcionaria respecto al accionar de Liliana R. (33).
En la misma maniobra fue implicada Norma R. (30), hermana de la primera, quien durante mucho tiempo residió en el mismo domicilio del barrio Sapucay, aunque recientemente se mudó con un pastor del barrio San José, donde fue detenida.
Combo criminal
El modus operandi descripto apuntaba a que los menores se sientan en deuda con las mujeres y salgan a robar para ellas. Un completo combo criminal.
González también alertó sobre la situación de una menor de 13 años, hija de la mayor de las hermanas, a quien habrían utilizado de “anzuelo” para captar varones.
En tanto, a partir de otros indicios, como el testimonio de vecinos y el hallazgo de un test de embarazo de la menor realizado en un laboratorio privado, se presume que la niña podría haber sido víctima de abuso sexual.
Para ello será importante el resultado de las pericias ginecológicas previstas, como también la declaración de la menor en Cámara Gesell.
Por el momento el expediente penal se tramita ante el Juzgado de Instrucción Dos, aunque de probarse que los menores eran explotados sexualmente, podría avanzar en el ámbito federal como trata de personas.
Allanamiento y detenciones
El primer indició que disparó la investigación policial lo dio una vecina que se acercó a la Municipalidad con una prueba contundente: un video donde las acusadas abusaban de menores.
En consecuencia, desde el Departamento de Niñez, Adolescencia y Familia de la comuna se dio parte de la Unidad Regional II y se inició una minuciosa pesquisa que culminó el último sábado a la mañana con la detención de Liliana R. y Norma R., además de medidas de protección para tres menores: dos nenas de 13 y 9 años, y un varón de 11, hijos de la mayor de las hermanas, quienes quedaron en resguardo del Hogar Mitaí.
Los procedimientos fueron ordenados por el juez de Instrucción Dos Horacio Alarcón y el juez de Familia José Moreira.
En el allanamiento del domicilio de Liliana R., en barrio Sapucay, se procedió al secuestro de tres celulares, un pendrive, tarjetas porta chip, varios preservativos sin uso, gel íntimo, 15 mil pesos en efectivo y otros elementos de interés para la causa. De manera simultánea fue allanada la vivienda de Norma R., en San José, donde incautaron un celular.
Según un vocero del caso, ambas detenidas quedaron complicadas por diferentes pruebas, tanto testimonios como videos, donde se las vería manteniendo relaciones con menores.
Tampoco se descarta que, en base a favores sexuales, además de obligarlos a robar, convencían a los chicos a prostituirse.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.
