El cabo Lautaro Gustavo Heller fue detectado con 1.41 gramos de alcohol por litro de sangre. Según la denuncia, trató de impedir el trabajo de las inspectoras, primero argumentando que era policía, pero luego incurrió en insultos y amenazas. Por la gravedad del caso fue separado del cargo
Lejos de dar el ejemplo que se pretende de un funcionario público, un cabo de la Policía de Misiones protagonizó un grave incidente que derivó en actuaciones judiciales y su apartamiento de la fuerza, ya que se constató que manejaba alcoholizado y, para colmo, agredió a las inspectoras de tránsito de la Municipalidad de Oberá que intervinieron.
Ante la gravedad del caso, el implicado fue puesto en situación de disponibilidad. Previamente, cumplió funciones en el Comando de Villa Bonita, dependiente de la Unidad Regional II.
El hecho se registró el pasado 26 de octubre en la autovía de acceso a la ciudad, circunstancia en que el cabo Lautaro Gustavo Heller fue detectado con 1.41 gramos de alcohol por litro de sangre.
El policía conducía el auto de un familiar y viajaba acompañado por tres hombres. En el interior del vehículo encontraron envases de cerveza.
Según la denuncia, desde el momento de ser detenido en el control de tránsito Heller trató de impedir el trabajo de las inspectoras, primero argumentando que era policía, pero luego incurrió en insultos y amenazas.
Este tipo de operativos se realizan con apoyo de personal policial, por lo que sus propios camaradas fueron testigos del accionar del cabo. Tras el correspondiente test de alcoholemia se negaba a entregar las llaves del coche, por lo que el procedimiento se extendió por más de dos horas.
Los inspectores tomaron el recaudo de grabar toda la secuencia, lo que se constituyó en una prueba contundente contra el infractor.
Violencia de género
La gravedad del caso también se amplía porque fueron mujeres las destinatarias de los insultos y amenazas del Policía, quien actuó con violencia, a pesar de la intervención de sus propios camaradas.
Incluso, cuando finalmente accedió a entregar las llaves del coche, continuó con agresiones verbales hacia las inspectoras. Llamativamente, no fue detenido.
Ahora el cabo afronta una causa en el Juzgado de Faltas, donde abonó una multa, y otra en el ámbito penal por resistencia a la autoridad y amenazas.
Al mismo tiempo, la superioridad le inició un sumario administrativo interno y fue puesto en disponibilidad, es decir apartado de las funciones que cumplía en el Comando de Villa Bonita.
Grave antecedente penal
Tampoco fue la primera vez que Heller se ve implicado en un hecho con consecuencias penales, ya que a finales de 2022 el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá lo imputó por torturas y lesiones a un menor de 15 años. La acusación incluye a otros tres policías, aunque todos continuaron prestando servicio en el ámbito de la UR II.
El expediente 139020/20 investiga el accionar del citado Heller, César Maximiliano Romero, Efraín Gustavo Zúñiga y Matías Gabriel Danielsson.
La denuncia fue radicada por una mujer que manifestó que los policías golpearon y torturaron a su hijo de 15 años, al punto que le colocaron una bolsa plástica en la cabeza y amenazaron con asesinarlo si contaba lo sucedido.
El hecho se registró en la madrugada del 13 de diciembre de 2020, luego que una patrulla del Comando Radioeléctrico Centro de la UR II detuvo al adolescente por avenida Andresito y calle Costa Rica de Oberá.
“Contó que le dieron patadas en la cabeza y le pusieron una bolsa en la cabeza. Le hicieron cantar el himno y, si se equivocaba, lo golpeaban en la cabeza. Todo el rato le decían que lo iban a matar. Dice que levantaba la mirada y le pegaban”, precisa la denuncia.
Las lesiones que presentaba el menor fueron constatadas por el médico policial en turno y corroboradas por profesionales del ámbito privado.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.