Un repartidor de gas de Leandro N. Alem le compró dos garrafas a un conocido delincuente de Oberá. Cuando personal policial lo ubicó y lo indagó al respecto, el repartidor afirmó que desconocía la procedencia de los cilindros, algo que dicen todos los que compran cosas robados y son descubiertos.
La justicia debería empezar a sancionar también a quienes adquieren cosas robadas. Basta de eso de “compré de buena fe”, porque compran algo por un ínfimo valor de su precio real y después se lavan las manos.
Para colmo, en este caso el vendedor es un malviviente con prontuario: el tal Yonathan “Polaquito” R. (27), conocido en todas las comisarías y juzgados de Oberá.
Esta vez lo denunció una vecina de calle Maipú. Luego, personal del Comando Centro averiguó que el “Polaquito” le vendió dos garrafas idénticas a las sustraídas a un repartidor de gas de Alem.
Así, ubicaron al comprador y éste decidió entregar voluntariamente ambos cilindros. Y tampoco le quedaba otra. El ladrón fue detenido en Villa Gunther.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.