Hasta no hace tanto, a esta altura del año el Club Libertad era un espacio recreativo y de deportes, con la natación como eje, disciplina que dio destacados nombres a nivel provincial y hasta regional. Pero hoy, lamentablemente, al Libertad lo ganó la capuera y duele ver el estado de abandono de sus instalaciones.
Donde había chicos jugando, hoy hay mugre y pastos altos. La pileta parece la escenografía de una película postapocalíptica. Sólo faltan los zombis.
El quincho por caerse, las parrillas destartaladas y las canchas de básquet y fútbol completan un panorama desolador.


“El club es de uso exclusivo para socios”, dice un derruido cartel, como si fuera un chiste de mal gusto.


En diálogo con este medio, un antiguo socio lamentó la situación y contó que el club funcionó hasta hace unos cuatro años, pero luego el desinterés (de los mismos socios) lo fue llevando a la ruina.
Incluso, aseguró que hace más años que la comisión ni siquiera presentó los balances. También reclamó falta de apertura de los supuestos dirigentes que quedan, al tiempo que rogó: “Ojalá no quieran hacer lo que hicieron con el Atlético Oberá”, en referencia al conocido intento de venta fraudulenta del Decano, cuestión que luego fue revertida por la justicia.


Pedido de informe
En ese contexto, en julio pasado la diputada obereña Cladys Cornelius presentó un pedido de informe respecto a la situación real del club, ubicado en calle Pergamino 1678 de Oberá.
En el escrito, la legisladora precisó que el Libertad “se encuentra en estado de acefalía por el abandono de sus instalaciones. En caso de que el club no haya cumplido con lo requerido para su normal funcionamiento, que Personas Jurídicas actúe de oficio a la intervención del mismo”.

Hizo hincapié en que “se busca esclarecer los interrogantes de la comunidad”, ya que “es de importancia poder resolver la situación para que la comunidad pueda desarrollar actividades deportivas y disfrutar en familia de las instalaciones”.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.