Desde la desaparición de su hijo, Carolina Ramírez apuntó las sospechas al accionar policial. Denunció que el menor fue golpeado por efectivos y hasta lo amenazaron frente suyo. “Vaya uno a saber qué le dijeron, si no está amenazado”, opinó respecto al imputado que aceptó reconocer su culpabilidad
Luego de confirmarse que el único imputado por el homicidio de Josías Galeano (15) oficializó su decisión de reconocer la culpabilidad en el hecho y suscribir un juicio abreviado, lo que imposibilitará ventilar el caso en debate oral y público, la madre de la víctima volvió a expresar sus dudas sobre la responsabilidad del acusado y criticó el accionar judicial.
“Me enteré por mi abogado que días previos al juicio el detenido se vino a declarar culpable. Parece que le van a dar 15 años, por lo que sé. Vaya uno a saber qué le dijeron, si no está amenazado. Sólo él sabrá por qué se echa eso encima. La verdad que totalmente indignada. La justicia que tenemos deja mucho que desear, es una vergüenza”, opinó Carolina Ramírez en diálogo con este medio.
Desde el primer minuto, las circunstancias que rodearon la desaparición y el homicidio de Josías estuvieron repletas de suspicacias en torno al accionar de efectivos que entonces se desempeñaban en la Seccional Cuarta de Oberá. El jefe de la Unidad Regional II era Rubén Darío Duarte.
Ramírez siempre insistió en que el detenido es un “perejil” y denunció que su hijo fue golpeado por la Policía y hasta lo amenazaron frente suyo. Un dato estremecedor indica que la noche previa a su desaparición, dos efectivos de la Cuarta vestidos de civil estuvieron preguntando por él en el barrio, según declararon varios testigos.
El menor fue visto por última vez el 30 de abril de 2022 al mediodía, cuando salió de su casa para cortarse el pelo. Su cuerpo en descomposición fue encontrado el 3 de junio en un bañado a las afueras de la ciudad.

“No la vas a contar”
Cuando Josías todavía estaba desaparecido trascendió una foto donde se lo veía con un ojo morado frente a un móvil policial en el centro de Oberá.
Ante los indicios de desaparición forzada, el 16 de mayo de 2022 Ramírez presentó ante la fiscal de Instrucción Dos, Myriam Silke, y denunció que en más de una ocasión el menor le contó que policías lo hostigaban, golpeaban y amenazaban.
“Incluso, en una oportunidad lo amenazaron delante mío. El oficial Junior M. le dijo: ‘Vos pendejo, cuando te veamos no la vas a contar’. Otra vez lo tuve que llevar al Hospital porque los policías lo golpearon mucho”, recordó.
Tras la denuncia de la progenitora la jefatura de la UR II trasladó a tres efectivos que se desempeñaban en la Seccional Cuarta.

En este contexto, el 17 de mayo la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura (CPPT) recomendó el apartamiento de la Policía de Misiones y que la investigación del caso quede a cargo de alguna fuerza federal, pedido al que adhirieron el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el Comité Nacional de Prevención de la Tortura (CNPT).
De todas formas, ni para la fiscal ni para el juez Horacio Alarcón hubo argumentos para excluir a la fuerza provincial del caso.
Testigos
Con el avance de la investigación y cuando para la Policía el único sospechoso era Andrés “Koki” T. (26), el mismo que ahora asumiría la responsabilidad, aparecieron más sospechas sobre el accionar de integrantes de la fuerza policial.
“Era la media mañana que trajeron al menor, era un guachincito. Un día de lluvia lo trajeron de shorcito y de musculosa, ahí nosotros le dimos ropa, pantalón y un abrigo. Nosotros le dimos un taper con comida. Él estaba esposado por la reja. Entre los calabozos hay un patio y ahí está la reja, no tiene techo, por eso mismo le prestamos la ropa. Estaba solo ahí, estuvo hasta la tardecita esposado por la reja”.
Dicho testimonio fue recpcionado por el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá el 26 de mayo de 2022. El citado y otros testigos que estaban detenidos en abril de 2022 declararon haber visto al menor esposado en la Seccional Cuarta.
En consecuencia, inicialmente cuatro efectivos de la dependencia fueron imputados por “omisión de hacer cesar o denunciar detención ilegal, falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada, severidades y amenazas”.
Se trata del expediente 82819/2022 que, con el avance de la investigación, decantó las responsabilidades en el oficial subayudante Carlos Juniors M. y el cabo Daniel M. En tanto, otros dos policías fueron sobreseídos. Por el momento se trata de una causa paralela al homicidio.
“Me van a matar”
Además del testimonio citado, el juzgado recepcionó el aporte de una persona que contó que Josías Galeano le manifestó que el oficial Juniors M. le habría propinado golpes mientras se encontraba detenido.
“El Chiqui (apodo del menor fallecido) cayó detenido en la Cuarta un par de horas, ni en el calabozo le pusieron. Allá el oficial M. le pego una piña en el ojo”, se cita en el expediente.
También consta el relato de la madre de la víctima, quien detalló “que el pasado 11 de abril (de 2022), alrededor de las 11.40, se presenta en mi domicilio un móvil policial con dos policías a quienes identifico como M. Carlos Juniors y M. Daniel, los que exigieron hablar con Josías por el supuesto hurto de un celular”.
“En ese momento Josías se encontraba durmiendo y sus hermanos miraban la televisión, fui a llamarlo y en eso los policías ingresan sin ningún tipo de autorización. El señor Daniel M. lo alza por la fuerza, Josías se agarra de la puerta de la casa y me dice: ‘que no me lleven porque me van a matar’. Mientras se producía el forcejeo el mismo policía me exigía que busque el supuesto celular”, señaló.
Dicha patrulla pertenecía a la Seccional Cuarta, por lo que luego a la demora del chico la mamá llamó por teléfono a la dependencia y le informaron que a las 18 la buscarían “para presentarnos a la Seccional Segunda para que un médico revise a mi hijo. Una vez allí pude ver que este se encontraba golpeado, con moretones en su rostro, piernas, brazos y espalda”.
“Josías alcanza a expresar: ‘viste mami que los policías me pegaron’, a lo cual Daniel M. le responde que es un chorro y, otra vez, que si lo encontraba en la calle no la iba a contar”, agregó.

Muchas dudas
Oportunamente, el abogado Axel Demonari, querellante en representación de la familia de la víctima, subrayó que a los pocos días de la desaparición del chico los policías imputados fueron nombrados en el expediente.
“No debe dejar de considerar su señoría que testigos afirman haber visto a dos policías a bordo de un Fiat Uno rojo, el cual fue reconocido como el auto particular del señor Daniel M., buscando al menor un día antes de su desaparición, lo cual demuestra la persecución que sufría Josías por estos policías”, subrayó Demonari en un escrito.
También se refirió a una testimonial en la que un testigo expresó que la noche previa la desaparición del menor, alrededor de las 21, se encontró con un conocido apodado Kike y observó que “paró un auto rojo Fiat Uno y venían dos tipos con chalecos de Policía”.
“Ellos nunca bajaron del auto, no nos dijeron por qué lo buscaban a Chiqui. Nunca había visto ese auto por el barrio; no sé de quién es ese auto, a Kike le preguntaron si vieron a Chiqui y le dijo que no, que no lo habían visto. Ahí se abrió la ronda y se fueron todos”, agregó en sede judicial.
Por ello, oportunamente la querella solicitó la detención de Carlos Juniors M. y Daniel M., fundando el pedido en “la gravedad de los delitos atribuidos y el peligro de entorpecimiento del proceso”, lo que no prosperó.
En tanto, la acusación sobre el único imputado en el homicidio se base en la declaración de un testigo que afirmó que el Koki T. le confesó el crimen: “Me dijo que ellos se mandaron una macana juntos y que ahí le tuvo que matar para que no lo delate”.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.