Yésica Lishnivez fue condenada a prisión perpetua por el doble homicidio de Rosendo Campos y su hijo Alexander, de 8 años, en Alem. En el juicio que se celebró en Oberá salió a la luz que en al menos dos ocasiones la misma mujer quemó cosas de su anterior concubino
Todos los detalles de esta historia son horrendos, como incalificable el accionar de la principal protagonista, Yésica Anahí Lishnivez (33), quien fue condenada a prisión por perpetua por el doble homicidio calificado de Rosendo José Campos (33) y su hijo Alexander José, de apenas 8 años.
El crimen se registró en la madrugada del 30 de agosto de 2021 en la ciudad de Leandro N. Alem. Tal como se probó en el juicio, Lishnivez incendió de manera intencional la casa donde vivían Campos y su pequeño.
Al momento del hecho el hombre era el novio de la acusada, cuya furia se desató por una discusión por bebidas.
“Me peleé con él por una cerveza, por eso no vino a dormir conmigo. Es mi culpa, yo tengo toda la culpa del incendio. Fui yo. Le quise dar un susto”, confesó ante una amiga en las horas posteriores al doble homicidio.
Pero ya en la instrucción de la causa, como se corroboró luego en el debate oral, se confirmó que la implicada poseía graves antecedentes de incendiaria.
“Cuando se enoja quema todo lo que encuentra a su paso. A mí me quemó colchones, ropa y calzados”, declaró Lorenzo Friedrich, ex concubino y padre de la hija menor de Lishnivez.
Al respecto, el juicio que se realizó en el Tribunal Penal Uno de Oberá se puntualizó que los hechos en perjuicio de Friedrich derivaron en al menos dos denuncias que aún se hallan en trámite en el Juzgado de Instrucción Cinco de Alem.
Ambas causas son previas al doble homicidio, una alarma que pasó desapercibida para las autoridades a cargo. Como contrapartida, la justicia de Familia dispuso que viva en la casa de su ex.
“Trancó la puerta del lado de afuera”
Yésica Anahí Lishnivez nació en la Matanza, provincia de Buenos Aires. A los 8 años se mudó con su familia a Alem, donde terminó la primaria y cursó la secundaria completa.
Al momento del hecho que se cobró las vidas de Campos y de su hijo la mujer trabajaba como cajera en un supermercado.
Producto de diferentes relaciones tiene un hijo de 14 y una nena de 8 años. Con el padre del primero convivió poco tiempo y el vínculo también habría culminado con cosas quemadas, según comentó una hermana de Campos que asistió al juicio.
“El muchacho que es padre del primer hijo de ella vive en Alem y después de lo que pasó con mi hermano se acercó y nos contó que a él le quemó cosas, pero no llegó a denunciarle porque no quería saber más nada con ella. El segundo marido, el papá de la nena, sí le denunció y dos veces, pero quedó en la nada”, lamentó.
Por su parte, ante el Tribunal que la juzgo la imputada contó que además del sueldo que cobraba como cajera también percibía una pensión no contributiva y el salario de sus hijos, aunque gran parte del dinero se esfumaba en bebidas alcohólicas.
“Tomaba en exceso. No paraba hasta que no se me terminaba la plata”, indicó Lishnivez, aunque también quedó la sensación de que trató de minimizar su responsabilidad con la excusa de que estaba alcoholizada.
Precisamente, tal como hizo notar la fiscal Estela Salguero, ese argumento quedó descartado por la manera en que cometió el crimen, lo que sin dudas requirió de cierta logística y sobriedad.
Incluso, el debate oral un testigo mencionó que un policía le contó que la mujer “trancó la puerta del lado de afuera para que las víctimas no puedan escapar”.
La confesión
En la madrugada del 30 de agosto de 2021, Lishnivez llegó hasta la casa de su novio, en avenida Cambá Cuá y calle Campichuelo, donde colocó trozos de un colchón de goma espuma embebidos con cera en el lateral de la propiedad y prendió fuego.
La vivienda era de madera, por lo que rápidamente las llamas avanzaron y destruyeron todo a su paso. Un dato no menor indica que la casa estaba dividida en dos y en la parte posterior residía Lucia Campos (hermana de Rosendo) con sus tres hijos menores.
Por fortuna, la mujer sintió olor a humo y se despertó, lo que salvó su vida y las de sus chicos, ya que el inmueble se quemó en su totalidad.
El fuego comenzó alrededor de las 3.15 de la madrugada y en ese sentido resultó clave el registro de las cámaras de seguridad de una empresa tabacalera cercana al domicilio de la acusada.
En las imágenes aportadas al expediente se observa que a las 3.10 salió de su casa, regresando a las 3.27, lo que la pone en la calle en el momento en que se inició el fuego. Horas más tarde les confesó el doble homicidio a sus amigas Patricia Martínez y Belén Friedrich, quienes radicaron la denuncia.
Luego, en el allanamiento de su vivienda la Policía encontró pedazos de goma espuma y cera -elementos inflamables-, además de una campera quemada.
Las pericias técnicas determinaron que se trató de un incendio intencional. También la incriminan varios mensajes de Whastapp.
Pero como si todo esto fuera poco, su ex concubino Lorenzo Friedrich ya la había denunciado por quemar sus cosas, y no una, sino dos veces.
“Le quería dar un susto”
En su alegato, fiscal Salguero citó que Patricia Martínez declaró que “Yésica estaba rara, como en otra parte, ida. Se acostó y lloraba. Decía ‘es mi culpa, es mi culpa. Me peleé con él por una cerveza, por eso no vino a dormir conmigo’”.
En tanto, frente a Belén Friedrich repitió: “Es mi culpa, yo tengo toda la culpa del incendio. Fui yo. Le quise dar un susto. Quería que se levante para que vaya a dormir conmigo”.
Además, subrayó que las pericias telefónicas corroboran lo que dijeron las dos testigos.
Detalló que las cámaras de seguridad de la tabacalera indican que la acusada salió de su casa en los minutos previos al incendio y regresó cuando las llamas ya avanzaban por la propiedad de Campos.
“Ahí solo vivían ella y su hija. Así que fue ella la que salió y volvió, indudablemente”, señaló Salguero, y agregó: “Después en su casa encontraron una campera quemada, trozos de colchón y cera”.
“Una persona que hace esto, en algún momento hace eclosión. Nunca declaró, pero ahora viene y le echa la culpa a Friedrich. Como si fuera poco, a Yésica no le faltan antecedentes de este tipo”, remarcó Salguero.
Pruebas y alevosía
Para la fiscal no fue un dato menor que Friedrich (ex pareja de la imputada) declaró que en dos oportunidades le incendió sus cosas, por lo hay casos abiertos en el juzgado de Alem.
Hizo hincapié en que la mujer tampoco tiene buenas referencias en el trato hacia su hija y consideró que el día del hecho tampoco estaba tan borracha como para perder la conciencia.
“Se probó que salió a de la casa y que regresó en el horario del incendio. Se hallaron los elementos que usó y los informes del teléfono son categóricos”, puntualizó.
Por ello, para Salguero la acusada “prendió fuego la casa donde vivía su pareja con el hijo, sabiendo que ambos estaban durmiendo a esa hora. Actuó con alevosía porque actuó sobre seguro, sabiendo que ella no corría ningún riesgo”.
“Mató a dos personas -a un hombre joven y a su pequeño hijo- y debe responder por su accionar tan grave. Es una persona sana y comprende lo que es lícito y lo que no”, manifestó y pidió la máxima pena.
Asimismo, aseguró que todos los testigos fueron amenazados, por lo que varios no se presentaron al debate oral.
En el juicio la acusada negó los cargos
Si bien durante todo el proceso previo Lishnivez se abstuvo de declarar, en el juicio que se realizó en octubre pasado cambió de estrategia y se desligó del hecho.
En tanto, apuntó las sospechas hacia Lorenzo Friedrich, su ex concubino y padre de su hija, aunque sin aportar ninguna prueba.
Sobre el día del hecho, indicó que cobró y le dio plata a Campos para la cerveza porque iba a jugar al truco con sus amigos.
Pero el problema se desencadenó cuando “le vi a mi nena y a Alexander con cervezas. Le pregunté a él si sacó fiado a mi nombre y para colmó le mandó a los chicos. Esa situación hizo que se disguste conmigo porque dijo que le hice pasar vergüenza delante de sus amigos”.
Sobre la presunta confesión ante sus amigas, señaló que “les dije que la culpa era mía por discutir por pavadas y ellas lo tomaron de la peor manera”.
“Se centró la investigación solo en eso y no investigaron al padre de mi nena, siendo que fue la hija y la pariente de él que me acusaron”, argumentó.
Dijo que la cera y los pedazos de colchón que hallaron en su casa eran para encerar los pisos. A su turno la defensa solicitó la absolución por el beneficio de la duda.
En tanto, el Tribunal integrado por Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Horacio Paniagua avaló el pedido de la fiscal y aplicó la máxima pena.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.