El médico y escritor Hugo Mitoire respondió 5 preguntas y la yapa. El autor de los Cuentos de Terror para Franco cuestionó el plan de ajuste de la Nación: “Es un paquete de avasallamiento que no deja títere con cabeza”. Sin medias tintas calificó al presidente como “psiquiátrico”
Las primeras 40 páginas -de la 11 a la 51- de “Cuentos de Terror para Franco IX” están compuestas por mails, mensajes y cartitas llenas de cariño, mimos y admiración hacia el autor, Hugo Mitoire, un médico que casi por casualidad se convirtió en escritor y en los últimos 20 años editó 28 libros.
Los más famosos, claro, son los nueve tomos de sus cuentos de terror, saga que nació por la amorosa inspiración de un papá que inventó una historia para contarle a su hijo Franco.
También lleva escritas ocho novelas: cinco infantojuveniles y tres para adultos. Entre sus últimos proyectos, como cerrando un círculo fraternal, se inscribe “Curiosa vida animal”, obra creada para mimar a su nieta, Ana Caterina.
A esta altura, el trabajo del escritor nacido en Chaco y obereño por adopción trascendió el papel y se convirtió en una serie animada difundida por la pantalla del canal Paka Paka.
Recientemente la obra fue presentada en Ventana Sur, el mercado audiovisual más importante de Iberoamérica. En ese marco, Mitoire se mostró entusiasmado porque ya se firmó un convenio con una productora de Irlanda para ofrecer al mercado internacional la serie de los cuentos de terror.
“Lo bueno de este evento Ventana Sur es la posibilidad de hacer contactos para una coproducción, porque ahora con Milei el panorama es más que sombrío”, opinó el autor, anticipando su crítica visión sobre el actual presidente de la Nación.
Médico, escritor y presidente de la Biblioteca Sarmiento de Oberá, Hugo Mitoire respondió 5 preguntas y la yapa y no se calló nada.
Por lo que decís, está claro que sos muy escéptico respecto a los próximos cuatro años…
Yo pienso que estamos mucho peor que en el 2001. Sobre todo por el desquicio que se observa en el primer mandatario. Cosas que hace Milei no se vieron nunca, ni con los peores gobiernos. Yo viví el 76 en facultad, pero a pesar de las balas y de que fue el gobierno más criminal de la historia, creo que ni en esa época hubo tanta infamia contra los más pobres. Contra los más necesitados. Ahora en realidad no se salvó nadie de la clase media o baja. Es un paquete de avasallamiento que no deja títere con cabeza. El tipo hace cosas totalmente incoherentes, descabelladas, desproporcionadas. Como dejar sin medicación a pacientes oncológicos, o querer dejar sin subsidio a la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares). Porque desfinanciar a las bibliotecas es trasladarnos a 1950, más o menos. O como cuando Bradbury escribió Fahrenheit 451, donde la función del gobierno era incendiar bibliotecas. Más o menos a ese nivel está la cosa. Ya veníamos complicados con el gobierno anterior, no se puede negar, pero al lado de esto lo anterior era un vergel. Entiendo que los jóvenes están totalmente decepcionados con la política, y creo que principal artífice de que haya subido Milei fue Alberto Fernández, porque no hizo nada. Antes del balotaje yo pensaba si llegaba a quedar Milei y la Bullrich, con todo el asco la iba a votar a ella, porque el otro es loco. Para mí es psiquiátrico.
En este contexto, además de aguzar el ingenio para seguir creando, ¿cuál es el rol del artista?
Cualquier manifestación del arte, de la cultura, es lo que primero se cercena. Es lo más fácil porque si no lees no te vas a morir de hambre, es la realidad. Tampoco si no vas al teatro o no escuchás música. Esa es la excusa de los fascistas. Al margen de eso, en las crisis es donde uno tal vez más piensa y crea. Después se va buscando la forma de difundir o publicitar. Yo creo que el artista es como el ave solitaria y con su cantar se consuela, como decía Martín Fierro. Y más allá que uno pueda editar sus libros, venderlos y que les puedan gustar a alguien, el hecho de escribir es gratificante y liberador. Alguien dijo algo así como que el arte es el único camino de salvación, porque si vos tenés que vivir sólo la vida real, con todas las calamidades que hay, te vas a meter un tiro. Y el escritor hace catarsis. Fijate que el cuento El Espejo (de Cuentos de Terror Para Franco IX) lo escribí por la muerte de mi papá y en realidad es una venganza literaria contra el que lo mató, un tipo que iba en moto y lo atropelló. Un borrachín de ahí del pueblo. Bueno, fue un accidente, pero el odio y la bronca no te lo saca nadie. Por suerte uno es literato y lo liquidé así. Peor sería que sea una bestia y vaya con un cuchillo.
¿Cuesta mucho editar un libro?
Hoy, varios de mis libros están sin stock porque se fueron vendiendo y para reimprimir es complicado. Mi editor, por ejemplo, se estableció en Paraguay y está haciendo negocios allá para exportar. Porque acá está imposible. Acá ni siquiera al contado te hacen los libros, porque hoy pagás por mil libros, pero cuando la imprenta empieza a laburar el papel ya subió y pierden plata. Entonces no te quieren agarrar trabajo.
Bueno, entonces menos mal que seguís haciendo cosas en medicina…
Soy auditor de facturación y perito de la justicia Provincial y Federal. Pero soy independiente, me designa el juez y me tengo que ocupar del caso. Soy el único en la zona porque nadie quiere hacer pericias porque es complicado. Tenés que ser semi abogado y tener paciencia china, aparte de ser médico. Cuando todavía era cirujano hacía pericias, pero no le daba mucha pelota. En cambio, cuando me empecé a dedicar exclusivamente a esto entendí la cosa. Tenés que trabajar casi como un abogado, pero en la parte médica. Y en encima, a veces, tenés que contratar a un abogado para cobrar.
Pero en un momento de tu vida dejaste la medicina y te dedicaste sólo a escribir…
Fue muy fuerte decidir eso porque yo venía bien con la medicina. Pero en un momento tuve como una crisis existencial y me puse pensar un montón de cosas. Desde que tengo uso de razón siempre me gustaron las historias, que me cuenten historias y leer, y nunca me desprendí de la literatura. Y ahí ocurrió, alrededor del año 2000, que Franco empezó a pedirme que le cuente cuentos, pero por mi cabeza jamás pasó la idea de un futuro literario. Le contaba cuentos a él, pero después quiso llevar esos cuentos a la escuela para leerles a sus compañeros. Así empecé a escribir… y explotó todo. Dejé la medicina y vivía de la literatura. Los mejores años fueron entre el 2010 y el 2014. Publiqué por primera vez en 2004 y en 2008 se hizo masivo, digamos. Y de ahí hasta el 2014 hubo buenísimas las ventas y toda la difusión. También en ese interín me empecé a interesar más por la medicina legal. Es decir, empecé con la medicina, después me fui por la literatura y después volví a entrar a la medicina, pero por otro camino, por la medicina legal. Porque nunca más cirugía, que era mi especialidad.
Y la yapa: ¿te animás a contar si fue con la medicina o con la literatura que tuviste más satisfacciones? ¿Se pueden comparar o son alegrías que van por distintos carriles?
Son cosas muy diferentes. La medicina te da, por ahí, la gratitud del paciente o de los familiares. Pero la literatura es amplísima. Y te cuento algo que lo demuestra. Cuando vivía en Corrientes me fui a trabajar a mi pueblo, La Leonesa, en Chaco, a 100 kilómetros de Corrientes. Estuve yendo nueve años como cirujano y operé a mil y pico de pacientes. Ninguno se murió, todos vivieron. Yo era muy conocido ahí porque mi papá fue intendente del pueblo. En el 1993 vine a Oberá y pasaron once años hasta que me hice escritor. Un día el intendente me invitó para hacerme una distinción y podés creer que me declararon ciudadano ilustre. Eso fue en el 2006, dos años después de que empecé a escribir. Por supuesto que estaba re agrandado. Pero después de la euforia y la alegría me puse a pensar y dije: esto es una hija putés, porque estuve yendo nueve años para operar y aliviar enfermedades o salvar vidas y nunca fueron a llevarme ni una gaseosa como agradecimiento. Pero escribí un librito, porque hasta ese momento tenía escrito un librito, y ya me declararon ciudadano ilustre. Es una cruel diferencia. Por suerte soy la misma persona -el médico y el escritor-, porque si era sólo el médico injustamente no reconocido y hubiese seguido yendo a operar, tal vez iba y lo corría al escritor. O sea, desde lo científico y objetivo, es injusto. Pero eso fue gracias al poder que tiene la cultura y la imaginación en los chicos, y cómo se expande con un librito que llega a producir este tipo de cosas.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.