En los primeros cinco meses del año ya fueron rescatadas tres mujeres misioneras que viajaron a Brasil por una propuesta laboral y terminaron siendo obligadas a ejercer la prostitución. Si bien en el vecino país los cabarets son legales, también existen mafias que explotan a las víctimas de trata
En estas horas fue noticia el accionar de una obereña ligada a cabarets en Brasil, donde la prostitución es legal, pero está bien reglamentada y las trabajadoras sexuales deben inscribirse en un registro público, precisamente para llevar un control de la actividad y preservar la seguridad de las mismas.
Pero claro, hecha la ley, hecha la trampa y no todas las mujeres que cruzan el río para trabajar en ese rubro lo hacen en las condiciones “ideales” y en muchas ocasiones son víctimas de redes mafiosas dedicada a la trata.
Es un error romantizar la prostitución, el oficio más antiguo, porque una cosa es dedicarse a eso con libertad y otra ser esclava sexual.
Sobre esto último, sólo en lo que va del año ya fueron rescatadas al menos tres chicas misioneras que eran explotadas en Brasil.
El caso más reciente trascendió el viernes y corresponde a una joven de 25 años que la semana pasada viajó Capanema, donde fue retenida contra su voluntad.
Fue la madre de la víctima quien radicó la denuncia. Contó que si hija fue a trabajar, pero que luego logró comunicarse para pedirle auxilio porque era víctima de trata.
Con los datos proporcionados, la Policía brasileña la localizó y rescató. Tras lo cual volvió a la provincia.
Antes, en febrero y luego en marzo, la Policía de Misiones informó sobre el rescate de dos chicas, de 22 y 28 años, que fueron a Brasil a trabajar y cayeron en garras de la trata.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.