Las hermanas de la catequista y comerciante asesinada por motochorros en Oberá cuestionaron el trato brindado por el fiscal Elías Bys. “Terminamos todos muy mal por la fea situación que vivimos con el fiscal”, expresó Rafaela Gómez. Su hermana Liliana señaló que los tres sospechosos -todos liberados- fueron “perejiles”
Dolor, impotencia, indignación. Sentimientos que invaden a los familiares de la catequista y comerciante Gladis Gómez (39), quien falleció tras once días de agonía por la bala que le disparó un motochorro que el 2 de marzo de 2022 irrumpió en su local de Oberá.
Por el hecho fueron detenidos tres hombres, aunque todos ya fueron excarcelados y el expediente volvió a foja cero. Hoy no hay sospechosos por el homicidio de Gómez.
La investigación se estancó en un callejón sin salida y la familia de la víctima sufre el doble: por la pérdida de un ser querido asesinado y por la falta de respuestas de la justicia, lo que se traduce en impunidad.
Para colmo, Rafaela y Liliana Gómez, hermanas de la víctima, contaron que fueron maltratadas por el fiscal de Instrucción Uno de Oberá, Elías Bys.
“Cuando liberaron a los primeros sospechosos fuimos a hablar y el fiscal nos atendió re mal. Nos mandó a investigar a nosotros para seguir con la causa. Dijo que busquemos nuevas pruebas o pistas para seguir con la investigación”, indicó Rafaela, y agregó: “Quizás tenga razón, porque no sé hasta dónde van a seguir con la investigación o a dar con los asesinos. Capaz nosotros tenemos que investigar si queremos que haya justicia”.
Sobre el citado destrato, indicó que “ese día fuimos con un amigo y terminamos todos muy mal por la fea situación que vivimos con el fiscal Bys”.
Lamentó que desde el inicio de la causa por el homicidio de su hermana el juzgado interviniente rechazó todas las peticiones de la familia, constituida como querellante.
En tanto, anticipó que a poco de cumplirse dos años y medio del hecho planifican una marcha para visibilizar el reclamo por justicia.
“Montaron un show”
Ya sin sospechosos, a todas luces la investigación del homicidio de Gladis Gómez comenzó mal y terminó peor, ya que se basó en el relato de un testigo con prontuario criminal que reconoció que fue presionado por la Policía.
La pesquisa se vio apurada por el clamor social por justicia, terminó en un callejón sin salida y propició la impunidad.
“Tan mal hicieron las cosas, que hoy en día los tres sospechosos del asesinato están libres por falta de mérito y el caso volvió foja cero. Nos preguntamos cómo van a hacer, de dónde se van agarrar para seguir con la investigación, o acaso van a agarrar a cualquier perejil, otra vez, para decir que están haciendo algo”, se preguntó Rafaela
Sin ocultar su bronca, reflexionó que “como van las cosas, la muerte de Gladis va camino a quedar impune, como tantas otras. Ya no creo en la justicia. Justicia injusta. La pequeña esperanza que tenía, ya las perdí”.
Por su parte, Liliana Gómez opinó que “fue un gran error confiar y esperar que hagan justicia”.
Ante la falta de respuestas, consideró que “ni el fiscal ni los oficiales están capacitados o no tienen los elementos necesarios para investigar de manera inmediata y no perder tiempo, cosa que no se hizo”.
En ese punto, señaló que recién hubo supuestos avances cuando la comunidad se encolumnó tras el reclamo con masivas manifestaciones.
“Montaron un show y detuvieron a perejiles o ex convictos que entran y salen, sólo para desviar y hacer pasar el tiempo. Detuvieron a los sospechosos el día de la primera marcha y cuando falleció Gladis. En ese momento la prensa estaba muy presente y aprovecharon para hacer su show. Es escalofriante de solo pensar”, expresó Liliana.
Acusación y contradicciones
El pasado 28 de junio, el juez de Instrucción Uno de Oberá, Pedro Piriz, dispuso la falta de mérito y excarcelación de Elías F. (32), el último de los implicados que quedaba detenido.
Tal como se publicó, tras ser detenido en Buenos Aires, el 17 de marzo el citado prestó declaración indagatoria y se despegó el hecho.
Obereño de nacimiento, precisó que años atrás se mudó a Buenos Aires con su mujer para dedicarse a la construcción.
Confirmó que el día del asalto a Gómez estaba en Oberá, aunque argumentó que en el horario del crimen se hallaba en la casa de una prima, donde se alojaba.
Mencionó que permaneció en la ciudad desde el 7 de enero hasta el 14 de marzo de 2022, justo un día después del deceso de Gómez, quien falleció luego de once días de agonía.
También solicitó un careo con Lucas Adrián R., el testigo que lo implicó en el hecho. Es más, el testigo aseguró que “se le escapó el tiro”, es decir que lo ubicó con el autor material.
Asimismo, vale mencionar que, además de acusar a Elías F., el mismo testigo también implicó a Mario Antonio A. (28), uno de los primeros dos sospechosos junto a Santiago Miguel S. (27), quienes finalmente fueron sobreseídos.
Tampoco es un dato menor que Lucas Adrián F., el “testigo estrella” de la Policía, posee antecedentes penales -entre ellos dos causas por intento de homicidio- y fue uno de los primeros sospechosos del homicidio de Gladis Gómez.
Además de entrar en contradicciones, tal como indicaron el fiscal y el juez, el testigo también dijo que Elías F. tenía un tatuaje en el cuello, lo que resultó ser falso.
Otros testigos citados en el expediente avalaron la coartada del sospechoso respecto a que el día del asalto a Gómez (2 de marzo de 2022) se hallaba en la casa donde se alojaba en Oberá.
Sin elementos objetivos
En ese contexto, el defensor particular Javier Gómez solicitó el sobreseimiento.
Por su parte, el fiscal Bys opinó que “conforme a la valoración de los elementos probatorios recolectados en autos, vuestra señoría debería ordenar la falta de mérito de la instrucción por no existir elementos de convicción suficientes para dictar el auto de sobreseimiento del imputado ni para elevar la causa a juicio en su contra; y en consecuencia su libertad”.
Apuntó que la acusación se basó en lo que Lucas Adrián R. declaró que le contó Marito A., uno de los primeros imputados, quien le confesó que manejó la moto y Elías F. bajó a robar con un revólver calibre 32 que tenía “sensible el gatillo, Elías le quiso asustar a la señora y se le escapó el tiro”.
Pero para Bys, lo cierto es que “desde el punto de vista probatorio, no existen elementos objetivos que permitan acreditar dicha hipótesis”.
También mencionó que el testigo reconoció que los entonces jefes de la de la Unidad Regional II “me pusieron presión por Marito por un video que tenían de las cámaras de seguridad”, al tiempo que le preguntaron por un tatuaje de un trébol en el cuello y un porteño, por lo que “se me vino Elías, que tiene ese tatuaje yo vi, y el andaba por la zona”.
Según el fiscal, la inexistencia del citado tatuaje, las diversas versiones presentadas y la falta de consistencia en los testimonios disminuyen la credibilidad de la acusación y “justifica una falta de mérito en su favor”.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.