Karina Vieira fue atropellada en 2013 y las secuelas perduran, al punto que en noviembre le amputaron una pierna. En chofer del camión nunca fue encontrado. “Nunca se investigó quién me atropelló, la Policía nunca se interesó”, lamentó
La noche del 15 de abril de 2013, Karina Vieira (45) volvía de trabajar como mucama de un hotel cuando la moto que conducía fue embestida por un camión cuyo chofer se dio a la fuga. Así, hace casi once años y medio, su vida cambió para siempre.
La mujer sufrió fracturas expuestas a la altura de la rodilla y la tibia izquierda, fractura del brazo izquierdo, abertura de pelvis y múltiples excoriaciones en varias partes del cuerpo.
Fue trasladada inconsciente hasta el Hospital Samic de Oberá, donde lo primero que escuchó al despertar fue a un médico que aconsejaba cortarle la pierna. Pero ella y su familia se opusieron con firmeza.
Tras ser intervenida quirúrgicamente y detener la hemorragia, el cirujano alertó que su cuadro era muy muy delicado, tras lo cual permaneció dos días en coma y una semana en terapia intensiva. Más tarde fue derivada al Hospital Madariaga de Posadas donde iniciaron la reconstrucción de la pierna.
Fueron varias operaciones, interconsultas en Buenos Aires y promesas incumplidas, ya que nunca consiguió las prótesis que requería para la tibia destrozada. Se trata de una serie de tutores importados que hubieran posibilitado suplantar los 12 centímetros de hueso que le falta.
“Nunca pude conseguir los tutores ni los pude comprar porque son carísimos. Por eso, en noviembre del año pasado decidimos amputar desde la rodilla. Me operaron en el Hospital Madariaga, todo salió bien y ahora estoy a la espera de la prótesis para volver a caminar”, comentó Vieira.
Pero la cuestión física no es la única secuela que le dejó el choque, ya que la justicia tampoco hizo su parte: nunca encontraron al responsable del accidente y el hecho sigue impune.
Recuerdo intacto
El siniestro vial se registró el 15 de abril de 2013, alrededor de las 21.30, sobre ruta provincial 5, casi calle Don Bosco, a unos 500 metros del Parque de las Naciones de Oberá. Vieira conducía su moto Corven Energy 110 cuando fue embestida por un camión cuyo chofer escapó de la escena.
“Vi que era un camión rojo, me encandiló y le hice señas de luces. Después de eso sólo me acuerdo que me desperté en el Hospital y escuché que un médico decía: ‘Hay que cortarle la pierna’, pero a los gritos le dije que no”, recordó.
En diálogo con NDA, lamentó que “nunca se investigó quién me atropelló, la Policía nunca se interesó. Nunca me citaron ni me preguntaron si me acuerdo de algo”.
De todas formas, reconoció que ya no tiene expectativas en dar con el responsable del hecho, aunque “tengo tristeza porque me complicó mucho la vida y los proyectos que tenía. Cuando pasó eso mis cuatro hijos eran chiquitos y no fue fácil, pero con apoyo de mi familia salimos adelante”.
“Pero seguro si la víctima era alguien de plata o apellido, la Policía y la justicia hubieran investigado a fondo y encontrado al culpable. Pero soy pobre, no tengo contactos ni apellidos”, reclamó.
Al mismo tiempo, remarcó que aquella noche “gracias a Dios tenía el casco abrochado, si no, no estaría acá”.
La mayoría de sus heridas sanaron con el paso del tiempo, pero nunca se recuperó de la grave lesión en la tibia, ya que perdió 12 centímetros hueso.
Incluso, en un momento se mudó a Buenos Aires, donde tiene familiares y gestionó los tutores a través de Desarrollo Social de la Nación.
“Pero una cosa u otra nunca conseguí la prótesis y opté por la amputación. Si todo va bien, en dos meses esteré caminando otra vez”, indicó.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.