«Le encuentro semidesnuda con quien consideraba un amigo, Juan ‘Nego’ Engers, y en ese momento quedé con una rabia tremenda. Había un palo de pool que agarré para agredirle a él, pero ella se metió y le impactó en la cabeza».
Así se justificó esta mañana Juan Backes (52), de Panambí, quien es juzgado por el delito de «lesiones graves calificadas por haber sido cometido contra la persona con quien ha tenido una relación de pareja», más otra causa acumulada por «abuso de arma con herido resultante». El debate se realiza en el Tribunal Penal Uno de Oberá.
Se prevé la declaración de 8 testigos, y que esta misma jornada se formulen los alegatos de las partes y posterior sentencia. El fiscal Elías Bys está a cargo de la acusación, y la defensora particular Viviana Llamosas defiende los intereses de Backes, que llegó a esta instancia del proceso en libertad.
El primero de los hechos sucedió a mediados de junio de 2016 en el domicilio donde Backes convivía con la víctima, Silvia Cristina Ramírez, situada a la altura del Kilómetro 11 de la localidad de Panambí.
En aquella jornada el acusado dijo llegó a la casa y encontró a su pareja junto a un amigo de ambos, instancia en la que después de una fuerte discusión golpeó con un palo en la cabeza a la mujer, quien posteriormente recibió un disparo de arma de fuego en la zona de la axila y tuvo que ser hospitalizada de urgencia.
Backes declaró luego que se le escapó el disparo y que había encontrado a Ramírez «a los besos» con el amigo.
Se defendió
Ante los jueces, el acusado relató que “le encuentro semidesnuda con quien consideraba un amigo, Juan ‘Nego’ Engers, y en ese momento quedé con una rabia tremenda. Había un palo de pool que agarré para agredirle a él, pero ella se metió y le impactó en la cabeza».
Luego indicó que el episodio del arma «fue un disparo accidental, yo al verle herida a mi concubina le dije que vaya al auto para que la lleve al hospital, entré a la pieza, agarré el arma y salgo, pero ella había sido que no fue al auto sino a una canilla para lavarse la cara y las manos. En ese contexto ella me dice que le disparé en el pecho, pero no fue intencional, yo no tenía intención de dispararle».
«Le dije cuando le traía hasta el Samic de Oberá, que confiaba mucho en ella, porque fueron 24 años de relación, de convivencia, con una hija grande, y traje a este hombre que era mi amigo a la casa. Yo confiaba en ella», aclaró, manifestando que nunca más supo algo de Ramírez desde aquel momento, aunque después se enteró que el sujeto con quien había encontrado a su pareja, estaba conviviendo con ella en la casa en la que sucedieron los hechos. «Estuve un tiempo detenido, y cuando salí de prisión decidí irme de la casa, y este hombre pasó a vivir con ella», apuntó.
Segundo hecho
El segundo episodio tuvo como protagonista al mismo imputado, pero el destinatario del ataque fue Luis Elías Batirola Suárez. En abril de 2021, Backes estaba delimitando con alambrado una propiedad producto de un acuerdo entre una mujer y el propio Suárez, y la discusión fue por ese motivo, pero terminó cuando Backes le disparó en el hombro con un arma de fuego, produciéndole una lesión por la que debió ser hospitalizado.
«Fui a medir una propiedad, llegó Suárez y me empezó a insultar. Se baja con machete, yo saqué el revólver. Él me quería golpear con el machete, me tuve que defender. No tuve intención porque no tenía nada contra él», acusó.
Admitió que el revólver no estaba registrado ni tenía permiso de portación, y que la había recibido como parte de pago en un negocio. «Tenía el arma conmigo, la llevaba conmigo porque tenía pensado en vender, en ofrecerla, y cuando ofertas el interesado quiere ver. Por eso la llevaba conmigo».
Se informó en el debate que varios años antes Backes estuvo imputado en otras tres causas por lesiones reciprocas, homicidio culposo en accidente de tránsito, y lesiones amenazas y resistencia a la autoridad, de las cuales fue sobreseido.
Texto y foto: Cristian Valdez.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.