En los últimos días trascendieron imágenes de Carlos Rovira en Europa. Para nadie es novedad que el ex gobernador y capo máximo de la Cámara de Representantes de Misiones viaja todos los años al viejo continente, como el hombre de mundo que se jacta ser.
Tampoco para nadie es un secreto cómo hizo su fortuna: 20 años en el poder suelen ser más que beneficiosos en varios aspectos. Y cada uno gasta como quiere la plata; pero lo que sorprende de Rovira es su ostentación y extravagancia, sus aires de nobleza comprada, sobre todo sabiendo la crisis casi terminal que sacude a la provincia y el país.
Capaz Rovira se siente cómodo y libre en Europa porque no tiene que andar con custodia (un motón de efectivos de la Policía de Misiones que se dedican exclusivamente a trabajar como sus guardaespaldas).
En Europa no le llegan reclamos de la pobreza que hunde a los misioneros. Muestra la esa miseria y decadencia social, es que sólo en Oberá -la segunda ciudad de la provincia- ya existen 60 comedores y merenderos en diferentes barrios y no dan abasto.
Así el hambre avanza, mientras su majestad pasea.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.
