El comisario Mateo Braganza acusó a la prensa de vender “información podrida”, subestimando la gravedad del caso que se investiga. No contó que en “su” comisaría hallaron elementos de tortura. La violencia verbal de un funcionario que mete miedo
Mientras la justicia federal -con respaldo de efectivos de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal- continúa con las pesquisas en busca de rastros de Mario Golemba (27), desaparecido desde el 27 de marzo de 2008, el jefe de la comisaría de Dos de Mayo difundió un mensaje cargado de odio en contra de los medios y periodistas que vienen cubriendo el caso.
Se trata del comisario Mateo Braganza, quien en enero de este año asumió al frente de la comisaría de Dos de Mayo, dependencia en la que ya se había desempeñado entre el 2012 y el 2015.
“Así dejaron nuestra segunda casa. Como jefe de la comisaría de Dos de Mayo siento la obligación de informar a la sociedad ya que los medios periodísticos que se hicieron una fiesta durante todos estos días y algunos pseudo periodistas seguramente esperaban otro tipo de resultado para seguir vendiendo información podrida que por suerte solo un porcentaje mínimo de la población compra y nos tildó de delincuentes y asesinos durante estos días. Hoy el cuarto día tras culminar con el procedimiento en la comisaría el resultado fue negativo no hallaron evidencia alguna”, escribió Braganza en su estado de Whatsapp.
El comentario fue acompañado de fotos de diferentes excavaciones que se realizaron en la dependencia a su cargo.
Los dichos de Braganza no sólo faltan a la verdad, ya que los medios y periodistas no venden “información podrida” sino que relatan lo que viene sucediendo en una causa caratulada como “desaparición forzada de persona”, uno de los delitos más graves del Código Penal e imprescriptible.
El allanamiento, inspección y excavaciones en la comisaría de Dos de Mayo fueron ordenados por la justicia federal, no por capricho de la prensa.
Maj, Braganza y Chismiski
Braganza también se equivoca cuando afirma que “el resultado fue negativo no hallaron evidencia alguna”, ya que las partes involucradas mencionaron que las inspecciones y relatos recogidos avalan la declaración de testigos que vieron a Golemba esposado en la comisaría de Dos de Mayo.
Puede ser que los restos no estén ahí porque pasaron catorce años, pero para la justicia hay elementos cada vez más sólidos para avanzar en la hipótesis de la violencia institucional. Hasta encontraron un rebenque o “guacha” en la comisaría de Braganza, elemento de tortura que parece que siguen usando con aval del comisario.
También se equivoca en eso “que por suerte solo un porcentaje mínimo de la población compra” las sospechas contra la Policía, ya que en realidad sucede todo lo contrario: para la comunidad no hay dudas de que a Mario Golemba lo mató la Policía.
Y si a Braganza le molesta que le dejaron la comisaría llena de agujeros, que no se olvide que la Policía vive allanando casas ajenas y no es que se preocupan por dejar todo ordenadito y prolijito cuando se van.
El miércoles pasado, en el primer día del allanamiento a la comisaría de Dos de Mayo, el segundo jefe de la Policía de Misiones, Víctor Maj, se presentó y afirmó que la institución prestaría colaboración. Pero ahora sale Braganza prepotente y amenazante contra la prensa y nadie le dice nada.
Algo parecido sucedió días atrás con la publicación de Marcelo Chimiski, jefe de la UR XI de Aristóbulo del Valle, quien exaltó la figura del genocida Videla y sigue muy tranquilo en el cargo. Esa es la verdadera cara de la Policía de Misiones.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.