La autopsia descartó lesiones compatibles con ahorcamiento y desmintió la versión oficial. La familia pretende constituirse como querellante y que se investigue el accionar policial. Pruebas de hostigamiento previo. Detalles escalofriantes de otro caso de violencia institucional
“Maidana, Velázquez y Soto me sacaron de la celda al patio en donde me pegaron en la cabeza y costillas, y también me llevaron al ‘cuarto oscuro’ y me sumergían la cabeza en el agua y me pegaban. Otro día me llevaron al ‘arroyo del medio’, donde me ahogaban, me pegaban y exigían que cuente dónde estaban unas cosas robadas, y yo no sabía”, le contó Gabriel Alexander Pintos (17) a su mamá antes de morir.
Dicha acusación fue incorporada al escrito presentando por el abogado Axel Demonari ante el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá en representación de los padres del menor fallecido, Juan Ramón Pintos y Nélida Beatriz Ferreyra, quienes solicitaron constituirse como querellantes particulares para tener participación en el expediente.
Asimismo, a las sospechas de violencia institucional que desde un primer momento expresó la familia, la autopsia sobre el cadáver de Gabriel confirmó que “no se observan lesiones en el cuello que sean compatibles con ahorcamiento o intento”, lo que desmintió la versión oficial.
Con relación al hecho, según la Policía en la madrugada del pasado 25 de junio el menor habría intentado ahorcarse en una celda de la comisaría de Campo Grande en la que se hallaba detenido cumpliendo un arresto de 20 días por contraventor.
Producto de la grave afección permaneció internado en el Hospital Samic de Oberá durante 44 días, hasta su deceso el 8 de agosto.
Hostigamiento previo
La semana pasada los padres de Gabriel tomaron la decisión de constituirse como querellantes para impulsar la acción penal.
En el escrito de solicitud se expresó que “durante un prolongado tiempo la Policía estuvo tras el rastro de Gabriel Pintos, en un procedimiento en exceso contrario a las leyes, en donde policías dependientes de la comisaria de Campo Grande publicaban en sus estados de Whatsapp la fotos del menor con la leyenda ‘se busca por homicidio’, palabras en exceso falaces, y claramente sin fundamento alguno”.
“Además, en reiteradas ocasiones habrían llegado a propinar amenazas a la familia, sito textual: ‘es mejor que él se entregue o será peor para él’, haciendo entender que tomarían represalias en el caso de no entregarse el menor”, señaló la querella.
Los progenitores manifestaron que en busca del paradero del menor, policías de Campo Grande habrían hostigado y amenazado a toda la familia.
En ese punto mencionaron el testimonio de una hermana del menor, quien a principios de julio se presentó ante la Fiscalía de Instrucción Uno de Oberá y denunció que fue torturada por uniformados para que rebele el paradero de su hermano.
“Hay que subrayar también las palabras de la ex jefa de la comisaria de Campo Grande, Nancy Poliszuk: ‘le pago un asado al que lo atrape’, todo ello escuchado por esta parte. Tanto la publicación de la imagen y las palabras antes relatadas, nos da el parámetro del nivel de ensañamiento que había contra el menor, usando incluso el recurso de ofrecer una especie de premio a quien lo atrapare”, remarcó la querella.
“Esposado y mojado”
En otro tramo se menciona que Pintos fue detenido el 14 de junio, cuando “estaban de guardia los policías Miguel Velázquez, Daniel Armando Maidana y Brítez, todos dependientes de la comisaria de Campo Grande”.
“Unos días después, en circunstancias que el joven se encontraba esperando para declarar, la madre se acerca a la víctima y este le dice textualmente: ‘mi cuerpo no tiene marcas, pero mi cabeza esta hecha un globo de los golpes que me dieron, cuando salga de acá quiero hacer una denuncia, más que esto no te puedo contar, pero cuando salga de acá te voy a contar todo’”, se precisó en la denuncia.
En tanto, el 25 de junio la guardia de la comisaría fue alertada por otros detenidos del presunto intento de suicidio. Según la Policía, Gabriel estaba colgado con una sábana.
Para la querella, no es un dato menor que la víctima “estaba en la misma celda que los demás, todos mayores de edad. Expresando esta parte que son falsos los dichos sobre que Gabriel hubiera en algún momento mencionado o insinuado tener intensiones de quitarse la vida”.
Luego de ello, según se precisó en el escrito, “testigos afirmaron haberlo visto llegar con los policías al Hospital, estando en un estado de inconciencia, esposado y mojado. Sin dudas un actuar poco profesional, pues no había necesidad de tener esposada a una persona que no estaba consciente. Tampoco se explica por qué motivo se encontraba mojado”.
Asimismo, se detalló que estando internado, en un momento de lucidez, el menor le contó a su mamá que “Maidana, Velázquez y Soto me sacaron de la celda al patio en donde me pegaron en la cabeza y costillas, y también me llevaron al ‘cuarto oscuro’ y me sumergían la cabeza en el agua y me pegaban. Otro día me llevaron al ‘arroyo del medio’, donde me ahogaban, me pegaban y exigían que cuente dónde estaban unas cosas robadas, y yo no sabía”.
La querella aportó tres testigos
La causa por el deceso del menor está a cargo del juez Pedro Piriz, subrogante del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, bajo la carátula de “muerte dudosa”, lo que podría modificarse con el avance de la investigación.
En paralelo, la denuncia de la madre y la solicitud para constituirse como querellantes se tramita ante el Juzgado de Instrucción Dos.
“Son numerosos los hechos que rodean a la muerte de Gabriel Alexander Pintos que siembran las dudas sobre las circunstancias de su supuesto intento de suicidio, pues esta parte, sus padres, resaltamos que jamás nuestro hijo tuvo la intención de quitarse la vida, o siquiera mencionado, por lo que es cuanto menos sospechoso”, reafirmó la querella.
En tanto, aportaron los nombres de dos testigos que declararían sobre las presuntas amenazas sufridas por el menor; mientras que un tercero testificaría sobre las circunstancias en las que fue visto en el Hospital, inmediatamente después del supuesto intento de suicidio.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.