“Tengo el ojo muy lastimado y miedo que me quede alguna secuela”: tras la agresión en la fiesta por el Día del Periodista

El damnificado por el cobarde ataque en el evento organizado por el Día del Periodista tiene el ojo derecho muy lastimado y teme por secuelas. Se podría agravar la imputación sobre el acusado. Hoy declararon los primeros testigos. Penoso comunicado del Círculo de Periodistas de Oberá

Mientras hoy fueron citados a declarar los primeros testigos, el damnificado por la cobarde agresión de un camarógrafo en la fiesta por el Día del Periodista, en Oberá, expresó su tristeza por el hecho en sí y su preocupación ante alguna posible secuela por el golpe que padeció en el ojo derecho.  

Incluso, no se descarta que la causa pasé de lesiones leves a lesiones graves, lo que complicaría seriamente la situación penal de Elmar W. (55), el sindicado agresor de César R. (44).

Esta tarde, en diálogo con Noticias de Acá, el damnificado reconoció su tristeza ante un hecho que se registró durante un evento pensado para el disfrute. Incluso, su esposa fue testigo de la brutal agresión.

“La verdad que estoy muy triste. Nunca tuve drama con nadie y menos en esos eventos pasando música”, comentó el reconocido operador de radio y DJ, quien proviene de una familia con gran tradición en los medios locales.

Sobre el ataque, precisó que fue sorpresivo y sin mediar indicios, al tiempo que subrayó: “Tengo el ojo muy lastimado y miedo que me quede alguna secuela”.

Tal como se publicó, César R. precisó que fue contratado como DJ para animar el evento que se desarrolló en el Pabellón Argentino del Parque de las Naciones.

Fue así que alrededor de las 5.30 del domingo trató de interceder en una discusión, circunstancia en la que fue golpeado por Elmar W.

A consecuencia del golpe, el damnificado tuvo que ser trasladado al Hospital Samic.

La denuncia por lesiones fue radicada ante la Seccional Segunda con intervención del Juzgado de Instrucción Dos.

Agresor reincidente

Por su parte, el sindicado agresor Elmar W. se presentó ante la Seccional Primera y declaró que alrededor de la 5.30 del domingo se acercó a la barra al Pabellón Argentino para charlar con una amiga (de quien no quiso brindar sus datos), instancia en que llegó un hombre alcoholizado que empezó a insultarlo: “Hijo de puta, andá retirándote de acá ya”.

En ese contexto, otros asistentes al evento acompañaron al camarógrafo hacia afuera, circunstancia en que se acercó otro hombre, que sería hermano de quien supuestamente lo insultó primero, y le recriminó: “Vos le pegaste a mi hermano, casi le mataste”, desconociendo el motivo de la acusación.

El evento se realizó en el Pabellón Argentino

Lo llamativo del caso, es que en su exposición el citado aseguró desconocer los nombres de las dos personas que lo increparon, siendo que son todos trabajadores de medios y compartieron la fiesta.

Tampoco es un dato menor que a fines del 2020 el mismo camarógrafo fue denunciado por una mujer que lo acusó de amenazas de muerte, lesiones y daño.

Penoso comunicado del Círculo de Periodistas

Tras la repercusión del caso, la comisión del Círculo de Periodistas Ignacio Ezcurra de Oberá, emitió un comunicado de prensa con su versión de los hechos.

El primer párrafo se refiere al “compromiso con respecto al ejercicio profesional”; después destacan el “número importantísimo de favorecedores y amigos” que permitieron la realización del evento. O sea, un pedido de disculpas a los patrocinadores por el bochorno del final.

Recién allá por el séptimo párrafo indican que “se registró un hecho de violencia física a manos de Elmar W. sobre César R. quien a causa del mismo tuvo que ser trasladado al hospital local”.

Pero lo peor es que después incurren en una especie de justificación de la violencia, cuando citan: “lo sucedido fue un hecho determinado por cuestiones que tienen antecedentes previos de los que somos ajenos”. Lamentable.

Hacen hincapié en que la fiesta ya había terminado, como si eso habilitara al descontrol y la violencia, siendo que el propio Elmar W. en su exposición dijo que a las 5.30 se dirigió a la barra y fue increpado. Si la barra funcionaba, la fiesta continuaba.

Como era de prever, los “referentes” del periodismo obereño dedicaron varios párrafos a pegar al mensajero que dio a conocer el caso. “Morbosidad social” y “tinte absolutamente sensacionalista” son dignos mencionar.

Recién antes del final, por fin, se lee: «Repudiamos toda acción de violencia, que lamentablemente se generó en ese espacio».

A ver muchachos, si realmente se repudia algo se expresa de entrada. El resto es decorado, corporativismo rancio. Anti periodismo.  

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